Esta obra pertenece a una serie de fotografías tomadas en distintas ciudades del mundo que pretenden develar lo que de otra manera pasaria desapercibido. Es la fotografía como reveladora de la belleza en lo cotidiano: iluminadora tanto de lo que estaba oculto a plena vista como creadora de nuevas escenas misteriosas, que encierran la tensión propia de un lugar donde está a punto de suceder algo. 

"Me interesa capturar la transformación del espacio urbano a partir de la superposición de planos, texturas, colores y temperaturas lumínicas que lo atraviesan en un determinado momento, deconstruyendo el espacio y alterando una escena, otorgándole un grado de extrañeza e irrealidad.

Los carteles y afiches están muy presentes en la serie, me gusta pensar que de alguna manera son como la piel de la ciudad. Su propio deterioro y superposición produce una suerte de collage azaroso y accidental. 

En el caso de los fotocollage, el recurso posibilita la multiplicación de distintas dimensiones visuales, deconstruyendo el espacio. Permite llevar al extremo la idea de superposición de planos que cohabitan en una única imágen, ya latente en las demás fotografías.

Algunas de estas fotografías fueron impresas mediante la técnica del fotograbado. La elección del fotograbado como técnica de impresión no es casual. La técnica potencia la cualidad onírica de la imágen, y la acerca al terreno de lo pictórico, otorgandole a la vez un relieve particular. Ademas de permitir la producción de obra gráfica de una gran definición, el fotograbado permite un singular registro de color, amplificando las posibilidades expresivas de la fotografía."  Lucía Mara