Nota publicada online
"Al divino botón" no es solo una expresión para describir el fracaso. Es una invitación a reflexionar sobre el valor del aprendizaje, la importancia de la resiliencia y la belleza que puede surgir de la imperfección. Es un recordatorio de que incluso en nuestros errores, hay algo valioso que podemos rescatar y que nos impulsa a seguir adelante en nuestro camino hacia el conocimiento y la sabiduría. Un recorrido con humor en la última exhibición de Lucas Beccar Varela
Su trabajo presenta una original intersección entre el arte, el diseño de modas y el diseño gráfico. Utiliza elementos de la historia del arte y de la confección como botones, agujas y textiles para explorar temas de identidad argenta, funcionalidad y estética. Destaca la importancia de los detalles en la creación de significado visual, pero por sobre todo, su obra contiene un sello personal que lo distingue en el uso del humor popular: la picardía, ese ingenio argentino que nos ha ganado fama mundial. Desde el gaucho, el lunfardo, al tango y en nuestra literatura, la picardía y la astucia son características que forman parte de nuestra identidad cultural. Estas cualidades se reflejan en las distintas series en las que trabaja Beccar Varela. El uso ingenioso del lenguaje para crear dobles sentidos, buscar el lado gracioso para enfrentar situaciones adversas y la capacidad para el rebusque, siempre presentes como mensaje y meta mensaje.
"Esto es poner en valor la expresión Al Divino Botón, la que surge de un proceso de pensamiento o acción, al descubrir un error o una falla, resultando una frustración.
Desdramatizando, es como en un laberinto, donde uno entra sabiendo que siempre hay una salida, pero no sabe donde esta. Para llegar allí, habrá que enfrentarse con caminos sin sentido. La experiencia y la toma de conciencia, son esenciales para ganar sabiduría.
Estos absurdos botones son un rezo al sentido del humor, un canto al amor y una plegaria a la estética.
Son una muestra de cómo resolver una idea o un concepto, aunque también se haya dedicado tiempo al divino botón." Lucas Beccar Varela