Nota publicada online
Los trabajos presentados en Arte x Arte, Fundación Aldo y Luz Castillo –de Carolina Magnin, Lorena Fernández, Martín Bollati, Lucía Von Sprecher, Lisa Giménez, Estefanía Landesmann, Lucía Peluffo, Rocío Inmensidades, Hernán Kacew y Natacha Ebers– indagan sobre los diferentes aspectos y posibilidades del medio a partir de investigaciones que transitan del haluro al píxel, del papel a la proyección, de los usos científicos a los registros íntimos, de los medios de comunicación masivos a las publicaciones caseras.
“Lo múltiple y lo único. Fotografía en expansión”reúne un grupo de proyectos que exploran el medio fotográfico y sus posibilidades. Podemos encontrar desde autorretratos hasta radiografías, imágenes de la sangre y mazmorras de alguna oficina estatal olvidada. Paisajes que no son paisajes, identidades pixeladas, intimidad, memoria y deseo. Con la curaduría de Julieta Pestarino, las propuestas dialogan en torno a la pregunta: ¿cuál es el límite de la fotografía?
En un recorrido que atraviesa los trabajos de Martín Bollati, Natacha Ebers, Lorena Fernández, Lisa Giménez, Inmensidades, Hernán Kacew, Estefanía Landesmann, Carolina Magnin, Lucía Peluffo, Lucía von Sprecher, los tres pisos del espacio Arte x Arte invitan a reflexionar sobre la constante transformación de lo fotográfico.
Podemos ver fotos que se escapan del marco, como las de Lucía von Sprecher, que son al mismo tiempo registro y obra. La artista encuentra elementos al azar y los utiliza como lienzo para imprimirse, con su cuerpo como molde.
También desafiando los formatos y como una apertura colorida encontramos:“Para describir una flor”, de Martín Bollati. Son fotos digitales de flores hechas con la función panorámica del celular. Los pétalos se funden en rojos, amarillos y naranjas saturados, que parecen paisajes incendiados.
El video a escala real de Lisa Giménez en el que una chica observa un bosque y podemos observarlo con ella, tiene la particularidad de que los píxeles que lo componen se van apagando aleatoriamente. “Al cabo de cinco horas, cuarenta y cinco minutos y treinta y seis segundos la proyección queda completamente oscura, para volver a comenzar”. Este apagado nunca es igual y es casi imperceptible si no nos quedamos el suficiente tiempo frente a la proyección.
Con esa extraña sensación que deja ver una imagen repetida, que mantiene similitudes pero no es exacta, se puede ver “Modos de extraviarse”, una de las propuesta de Natacha Ebers, fotos analógicas transferidas manualmente sobre 12 piezas de vidrio.
Lorena Fernández retoma la idea de que las variaciones en la reproducción de las imágenes producen que las copias sean en realidad simulacros, y con su instalación “Heroínas, amazonas, ninfas y momias”, trae a la sala lo ritual, la mujer, el fuera de foco, lo oculto, lo primitivo, lo histórico, la selva. Y el volver a resignificar lo que ya vimos.
“Lo múltiple y lo único” nos muestra cómo la fotografía continúa transformándose, expandiéndose y ganando territorios. “De esta manera, la fotografía se descubre continuamente a sí misma, se expande por fuera de las demarcaciones que le van siendo impuestas, renueva los límites de sus posibilidades y continúa revelando todo lo que le es posible articular en torno a sí misma. En esta posibilidad de descubrimiento infinito reside, también, su peculiaridad.”, escribe Julieta Pestarino, la curadora.
Hernán Kacew en “Las Multitudes”, rescata de fotos de eventos deportivos publicadas en diarios masivos a personas que aparecen de fondo, anónimas. Las recorta, las escanea y las amplía. El resultado: píxeles de colores esparcidos en la pared formando retratos difuminados.
La instalación de magazines (cajas vacías de diapositivas) con algunas diapositivas esparcidas, de Carolina Magnin, habla de la memoria. En realidad, de la desmemoria y del vacío que trae, cuestionando el papel documental de la fotografía. Su instalación es una enredadera plástica y silenciosa que va tomando la sala. Tanto si vemos su forma alejándonos un poco, o si nos acercamos para descifrar las imágenes de las pocas diapositivas que hay, sentiremos melancolía por esos mundos que no recordamos.
El rosa y el rojo son los protagonistas de “Los refugios del deseo”, de Inmensidades con la colaboración de Jael Caiero que se sumó con su obra “Abrigo”, un acolchado hecho de parches de amigos que estuvo coleccionando. Con Inmensidades, volvemos hacia adentro: nos metemos en la intimidad de una habitación, en los recuerdos del cuerpo, en los secretos de una amistad y en lo que pide la piel.
Lucía Pelufo expone también su piel, sus huesos y su sangre en “Una tentativa de equilibrio”, una reinterpretación de imágenes científicas. Superponiendo retratos con radiografías propias, o imprimiendo en vidrio radiografías para armar la escultura de su esqueleto.
Aunque nos haga dudar, para ver la propuestade Estefanía Landesmann, “Documentos”, tenemos que entrar en un cuarto que no parece formar parte. Es un espacio sin tiempo, como si fuera una mazmorra medieval. En penumbras, podemos esforzar la vista para ver las fotos en clave baja de unas oficinas llenas de polvo de algún edificio estatal olvidado.
Algunos desde una búsqueda lúdica, otros con un trabajo social o político, incluso científico detrás, estos fotógrafos, aunque parten de procesos creativos diferentes, coinciden en la investigación y puesta en práctica de nuevas y originales formas de fotografiar, y dan cuenta del constante cambio del medio fotográfico. William Henry Fox Talbot, uno de los inventores de la fotografía y quien captó en 1835 el negativo más antiguo que logró sobrevivir hasta hoy, una vez dijo: “No afirmo que he perfeccionado un arte, sino que he iniciado uno cuyos límites no es posible confirmar en el presente”.
Se puede visitar hasta el 21 de mayo de martes a viernes de 14 a 20hs y los sábados de 14 a 19hs,
Con entrada libre y gratuita en el espacio Arte X Arte. (Lavalleja 1062, CABA.)
Los sábados hay visitas guiadas a las 15:30 y 17:30hs.