Nota publicada online
La vasta y diversa obra de León Ferrari es un notable ejemplo de compromiso con el tiempo que le toca vivir y a la vez, en absoluta sintonía, la de un buceador infatigable de nuevos lenguajes y recursos expresivos.
Si hacemos nuestra la expresión de Luis Felipe Noé “todo es pintura”, la producción de Ferrari es el mejor exponente de un universo de formas que hoy no está restringido a determinado soporte ni a límites canonizados. Destructor de mitos, Ferrari “pinta” con la escritura entrecruzando significados y significantes, problematizando las propias fronteras del arte.
Como aquel mítico, polémico y prohibido Cristo crucificado sobre un bombardeo estadounidense, donde Ferrari une dos objetos que en su ensamble se re significan en otro todo para hacer de la idea visual un ideograma-denuncia. Su arte, esencialmente conceptual es, a la vez, agresivamente sensual en la medida que violenta la percepción. Lo que él mismo denominó El Arte de los Significados, en una conferencia pronunciada en 1968, entraña una nueva poética de los sentidos.
Hace justo medio siglo, en 1961, comenzó a experimentar con distintas grafías, lo que él mismo denominó escritos ininteligibles,; sus palabas escritas sobre maniquíes; sus “escritos en el aire”; sus Torres de Babel, de acero, que en su entramado actúan como criptogramas; las Cartas a un general y las “palabras ajenas”; los poemas de Borges o los textos de Breton escritos en braille y sobreimpresos en fotos de cuerpos desnudos; los Rulos multicolores sobre vidrio; sus Birimbau de barras verticales realizados, son sus palabras, para “dibujar sonidos”…Si “todo es pintura”, en la vasta producción de León Ferrari todo es escritura.
Este año que termina, León Ferrari se hizo acreedor del Premio Homenaje que otorga el Banco Central de la Republica Argentina, decidido por un jurado integrado por Margarita Paksa, María José Herrera y Alejandro Puente.
La obra elegida por el Jurado para integrar el patrimonio del BCRA, una pintura sobre tela, sin título, del año 2009, es parte de estos senderos que Ferrari transita una y otra vez. Una criptografía que como un continuum se interrumpe dejando parte de la tela en blanco para retomar esa suerte de código enigmático, que en su sin sentido visible rinde tributo a la línea como una estela inasible del pensamiento…
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