En ella se podrán apreciar esculturas de mediano y pequeño formato constituidas por personajes surgidos de una enternecedora poesía, que el artista supo plasmar con el placer lúdico que caracterizó toda su obra, plena de símbolos que se adhieren abigarradamente a los objetos como diminutos sobre relieves. La muestra también incluye acuarelas y témperas con los bocetos de las obras exhibidas.
El cosmos y el hombre; el idealismo y la celebración de la vida, el amor y el sexo se expresan en oquedades y formas curvilíneas que anudan lo cóncavo y lo convexo, de un modo tan personal que hace inmediatamente reconocible su autoría por este genial artista, nacido en Lituania en 1927 y muerto prematuramente en Montevideo, a la edad de 47 años.
Discípulo de Joaquín Torres García, a quien conoció en 1944, no se limitó exclusivamente a las pautas del “universalismo constructivo” creado por su maestro ya que, si bien lo cultivó con excelencia, derivó a formas más libres, inspiradas en Brueghel, El Bosco y Marc Chagall, como forma de establecer una relación armónica, lúdica y creativa, entre la intuición y la racionalidad. Acompaña a la exposición el libro de Alicia Haber con textos reveladores de la producción artística de José Gurvich.
Asimismo, como es costumbre en la galería de Jorge y Martín Castillo, los visitantes podrán observar una cuidada selección de obras de artistas consagrados como Torres García, Figari, Fonseca, Matta, Portinari, Blanes Viale, Hlito, Berni y los más actuales Eduardo Cardozo, Marcelo Legrand, Pablo Atchugarry, Ernesto Vila e Ignacio Iturria.