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Una verdadera fiesta, de la que participaron medio millón de personas, fue la sexta edición de la Noche de los Museos. En una fresca noche de noviembre coronada por la luna, abrieron sus puertas 150 espacios culturales; 35 más que la edición anterior
Una verdadera fiesta de la que participaron, activamente, medio millón de personas de todas las edades. Innumerables propuestas expositivas, música, performances y sobre todo un contagioso entusiasmo por conocer nuestro patrimonio, invadieron las calles porteñas a partir de las siete de la tarde y, en muchos casos, hasta más allá de las dos de la madrugada.
En esta sexta edición de la Noche de los Museos, una fresca noche de noviembre coronada por la luna, abrieron sus puertas 150 espacios culturales; 35 más que la edición anterior.
Muchísimos jóvenes analizaban desde temprano, en el Museo Nacional de Bellas Artes, las obras POP de la colección de arte del Instituto Valenciano de Arte Moderno, los mayores se detenían, gozosamente, en las rojas salas de la Colección Guerrico, y todos, indistintamente, recorrían las salas de arte europeo y la magnífica colección de arte argentino. En el Malba, la cola para entrar al Museo y visitar la muestra de Andy Warhol, daba vuelta por Salguero y el número de visitantes superó los 6.000. Un verdadero récord para la cultura.
El ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, inició la recorrida pre-inaugurando el Museo Borges ubicado en la antigua casona de Anchorena al 1600, dónde se montó una muestra de objetos del escritor. La comitiva oficial, de la que participaron la Directora General de Director de Museos de la Ciudad, Florencia Braga Menéndez y su par de la ciudad de Berlín entre otros invitados, recorrieron varios espacios trasladándose en el colectivo 109, una unidad de 1946 con todos los detalles totalmente originales, a cantando tangos y disfrutando de esta fiesta de la cultura.
Frente al Museo de la Ciudad, emplazado en el Casco Histórico de Buenos Aires sobre la calle Defensa, una performance convocó muchísimo público y mientras unos disfrutaban de las esculturas de Claudia Aranovich, emplazadas en el atrio del Convento de San Francisco, una pareja se casaba en la histórica iglesia porteña.
En Puerto Madero, a la altura del Puente de la Mujer, se instaló un atractivo Paseo del Arte, una serie de reproducciones de los cuadros más emblemáticos del Museo del Prado, el Museo Thyssen-Bornemisza y el Centro Nacional de Arte Reina Sofía, traída al país por el ayuntamiento de Madrid. Así es como el famoso Guernica se ilumina frente al puente diseñado por Calatrava.
Otro punto importante de convocatoria fue el Templo Escondido perteneciente al Complejo Histórico Santa Felicitas, en el barrio de Barracas, una curiosa construcción con once columnas y molduras con matices neogóticos, neorrománicos y germánicos, ubicada en el interior de un colegio, donde se realizó la exposición Felicitas vuelve a Barracas . En 1892 la familia Guerrero, devota de la Virgen de Lourdes, donó al presbítero francés Alejo Rouzaud parte de su quinta de Barracas para realizar nuevas obras religiosas y de enseñanza. Las condiciones de la donación establecían las construcciones de una capilla y una gruta dedicadas a la devoción de la Virgen de Lourdes y un instituto para varones, con becas para niños humildes, que debería llamarse Nuestra Señora de Lourdes y Santa Felicitas. En la planta alta del edificio se levantó una réplica en menor escala de la iglesia homónima francesa, que no tiene salida al exterior (con vitrales de Gustave-Pierre Dagrand, autor de los de la basílica de Luján). Un desfalco cometido por los constructores condujo al remate de la propiedad y al suicidio del religioso a cargo, lo que motivó que el templo nunca fuese consagrado. Colas de tres cuadras de largo esperaban para ingresar los túneles de la Escuela y conocer la historia que fue llevada al cine por Teresa Constantini.
La fiesta de cierre de esta noche de la cultura se organizó frente a la ex cervecería Munich, donde actualmente se encuentra la Dirección General de Museos de la Ciudad, encargada de la organización del evento junto con el Ministerio de Cultura porteño. Allí, cientos de jóvenes asistieron a la proyección de fragmentos del mítico noticiero "Sucesos Argentinos" musicalizado por Juana Molina. Una selección de noticias desde los años ‘30 hasta los ‘70, realizada por investigadores del Museo del Cine Pablo C. Ducrós Hicken, para narrar y revivir momentos y ritmos en la vida porteña. Más tarde, y hasta altas horas, el público pudo disfrutar y bailar con la música de los DJ Leo García y VJ Sol del Río / DJ Nico Cota y VJ Matapixels.
Los interesados se trasladaron a los distintos puntos, de forma gratuita, gracias a la implementación de pases libres para ciertas líneas de colectivos; una acertada opción para que la gente viviera la ciudad de Buenos desde la cultura y tuviera la oportunidad de visitar Proa y la muestra del Louvre en La Boca, así como sitios institucionales: la Legislatura porteña, el Congreso Nacional y la Cancillería.
“Nos sentimos realmente muy contentos al ver cómo la gente se ha volcado a las calles para disfrutar del riquísimo patrimonio cultural e histórico de nuestra ciudad." –dijo el ministro Lombardi. -"Esta Noche de los Museos las familias, han tomado la calle desde la cultura y esto es muy positivo, porque cuando se gana el espacio público desde este lugar, desde el disfrute del espíritu, se gana en convivencia”.
Esta iniciativa, que se desarrolla en más de 130 ciudades del mundo y que en nuestra ciudad ya va por su sexta edición, busca revalorizar el patrimonio de los museos de la Ciudad para acercarlo a los porteños, pero sobre todo al turismo, para hacer de Buenos Aires el centro turístico cultural de la región.