Un periplo por la fecunda obra de Matilde Marín permite evidenciar algunas recurrencias que ponen en contacto su percepción estética de la artista con su agudeza reforzada en innumerables viajes, lecturas y encuentros.
No es casual que las palabras ‚ “itinerario” o “territorio” aparezcan en varias series de su obra en distintos períodos. También aparecen ideas de señalamientos e inscripciones: las huellas del fuego en el papel, su propia sombra en el paisaje, el humo intenso en la deshabitada planicie, la luz de los faros en la misión de orientar al humano, la belleza de la naturaleza en un estado puro, la necesidad de superar las crisis. Esa apacible capacidad de alistamiento en la obra de sus búsquedas, nos vuelve partícipes de sus desvelos, como si pudiéramos leer un texto de ensayo sobre el rol que se asigna como testigo y protagonista de un mundo cambiante.
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En la nota que pueden leer completa en el nº 3 de Art gentina -al final de la nota, el link para descargarla-, Atilio repasa algunas series de la artista como La Tierra Prometida, la serie en donde registra sus manos y brazos en video y fotografía y el Proyecto Pharus del que presentamos un fragmento:

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Acerca del Proyecto Pharus, Matilde Marín ha explicado que su inicio se debe a una noticia leída en un periódico en 2005 donde se planteaba que los faros serían progresivamente desactivados porque pueden ser suplantados por GPS. Esta noticia funcionó como disparador. La impresionó pensar que el ritmo de transformaciones que se suceden y avecinan, limitan día a día una poética ancestral de “dejarse guiar por la luz” cambiando el paradigma de faro por un aparato que reconoce un esquema. Comienza entonces a registrarlos en foto y video en cada uno de sus viajes de trabajo, constituyendo un work in process que fue exhibido por primera vez en la Galería Patricia Ready de Santiago de Chile.
Matilde investiga en la misma línea teórica que describió el psicoanalista y filósofo francés Félix Guattari en su libro Las tres ecologías. Frente a la decadencia de las ideologías, Guattari propone una reconsideración del sistema de valoración ética devenido en ético-estético en una “ecosofía”, sostenido por la ecología social, la ecología mental y la ecología medioambiental. Como todo señalamiento dentro del campo del arte, la idea consiste en estimular la comprensión del tiempo que nos toca vivir mediante los recursos técnico-poéticos que un artista puede concebir.
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La nota completa de Matilde Marín pueden leerla en la edición nº3 de nuestra revista multimedia para Ipad. 

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