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Una muestra clave que puede visitarse por estos días en el Museo Victoria y Alberto, Museo Nacional de Arte y Diseño, de Londres. El museo posee una amplia colección de artes decorativas europeas, hindúes, chinas, coreanas, japonesas e islámicas, con cerca de cuatro millones de objetos. En sus galerías presenta pintura, escultura, piezas de cristal, joyería, armaduras, armas, vestimentas, instrumentos musicales, cerámica, arquitectura, muebles, marfiles y muchas otras piezas.
Modelando masculinidades: el arte de la moda masculina: En un momento de creatividad sin precedentes en la moda masculina y de reflexión sobre el género, esta exposición explora cómo los diseñadores, sastres y artistas, y sus clientes y modelos, han construido y representado la masculinidad y la han desarmado.
Modelando la Masculinidad es una exposición clave del museo Victoria & Albert de Londres para interrogar el poder, el arte y la diversidad de la apariencia masculina a lo largo de los siglos, y cómo los diseñadores, sastres, artistas, y sus clientes y modelos, han construido y representado la masculinidad. Si bien es un género que parece no estar de moda, en realidad es tan víctima de sus mandatos tradicionales como lo son las mujeres, y recurre a la creatividad para reformularse. Un simple dato: escasean las peluquerías masculinas en muchas ciudades y se reciclan como barberías para proponer otras estéticas, empezando desde arriba. Dos prestigiosas curadoras, Claire Wilcox y Rosalind McKever, opinan que: “La moda masculina durante mucho tiempo ha sido un poderoso mecanismo para alentar la conformidad o expresar la individualidad¨, y el arte con mirada de género puede revelar cómo se ha caracterizado la masculinidad en el tiempo.
La imagen inicial de un traje deconstruido, aludiendo a la construcción y deconstrucción tanto del cuerpo masculino como de las convenciones de la masculinidad, da paso a las tres galerías principales: Desvestido, Sobrevestido y Revestido para culminar con Vestido, una instalación de imagen y sonido.
Desvestido explora el cuerpo masculino y la ropa interior, observando cómo los ideales europeos clásicos de la masculinidad se han perpetuado tanto como cuestionado a lo largo de los siglos. Estatuas del Apolo Belvedere y del Hermes de Farnese, que destacan la tradición de representar cuerpos masculinos idealizados, envueltos en textiles que revelan más de lo que ocultan, se yuxtaponen con representaciones contemporáneas del cuerpo, a partir de grabados y fotografías de David Hockney en un anuncio de Calvin Klein. Desvestido culmina con la escultura de la Edad de Bronce de Auguste Rodin, y Tiresias, una performance de Cassils, en el que el artista funde un torso neoclásico tallado en hielo con el calor de su cuerpo.
La segunda galería, Sobrevestido, explora el guardarropa masculino de élite, personificado por vestidos de gran tamaño, siluetas, materiales lujosos como sedas y terciopelos en colores, y estampados simbólicos para expresar estatus, riqueza e individualidad. Dibujando sinergias a lo largo de los siglos, la sección presenta desde corazas blindadas a trajes sedosos, capas y encajes.
En el siglo XX, la abundancia de trajes producidos en serie, Revestidos, fomentó la creatividad como la de Mods, Teddies o los porteños Petiteros (asiduos del desaparecido Petit Café de Santa Fé y Callao). Los diseñadores como Gucci, Dior, Versace, o Prada, Alexander McQueen y Raf Simons se lucen en esa sección, en la que no desentonarían los trajes mandados a hacer por el artista argentino Federico Klemm, actualmente en la colección del Museo Nacional de la Historia del Traje. Revestidos también incluye pinturas de la colección del museo londinense, del Renacimiento a la actualidad, así como una extensa galería de fotografías que muestra estilos y actitudes cambiantes, de Oscar Wilde, Claude Cahun y Cecil Beaton a los Beatles y Sam Smith.
Una nueva ola de diseñadores de moda, desde Rick Owens hasta JW Anderson y Comme des Garçons a Lesiba Mabitsela están recortando las convenciones, tanto para la moda masculina como para la masculinidad. La exposición culmina con un final de celebración: una película monumental especialmente encargada por Quentin Jones con Cadence Films, que circunda vestidos de Drag Queens usados por celebridades del momento.
El principal patrocinador de la exposición fue Gucci, y colaboró American Express.