Nota publicada online
"Solo mediante el arte podemos salir de nosotros mismos, saber lo que ve otro de ese universo que no es el mismo que el nuestro, y cuyos paisajes nos serían tan desconocidos como los que pueda haber en la luna." Marcel Proust.
Esta es la clave inspiradora de la muestra.
Juan Cavallero no necesita presentación. Diseñador, poeta, fotógrafo y pintor es un artista polifacético y agudo. Justamente, a raíz de la versatilidad de su obra e interesada en los diálogos intergeneracionales para generar puentes, Cecilia Medina, curadora de la exhibición, convocó a siete talentosos artistas sub-treinta a trabajar -con sus propios lenguajes- sobre la producción de este artista consagrado.
Catriel López se interesa en el dibujo y su búsqueda estética se focaliza en la re significación de lo anteriormente significado para demostrar la multiplicidad de interpretaciones que tenemos con nuestras realidades. En una de las paredes del espacio conviven sus trabajos con tapas de discos e ilustraciones realizadas por JC en sus inicios.
Ana Sapia, disciplinada y metódica como buena arquitecta, se conectó con las piezas de madera talladas por Juan y los objetos artísticos de las fotografías de Mali para crear el tríptico en el que se reconoce el paisaje de estas lejanas tierras con su cultura primitiva y tribal.
Ines Fonrouge, a partir de una mesa de diseño del artista, crea una pintura inquietante y de alto impacto: La bestia -la vorágine de la vida diaria- puede encantarnos y fagocitarnos sin piedad en cualquier momento.
Eugenia Petre investiga las sensaciones que luchan por salir a la luz y lo hace a partir los personajes de JC a los que reinterpreta mostrando una nueva faceta.
Sergio Artola traza y corta el papel meticulosamente logrando refinados collages inspirados en las construcciones y los tótems realizados por el artista. Descompone las formas y las reconstruye para hablar de la huella del hombre.
Yuri, es fotógrafo pero necesita de la palabra para completar la imagen de la misma manera que Cavallero lo hace en su propia obra.
Matías Landa, a partir de una original instalación de la escena del crimen, se cuestiona quién mató la imagen en las canciones de María Elena Walsh; aquellas ilustradas por Juan.
A partir de esta estimulante iniciativa el propio Juan Cavallero se animó a una nueva obra –totalmente desestructurada y abstracta- utilizando cajas de cartón como soporte.
Juventus es una muestra que sorprende con nuevas miradas y resulta además una excelente excusa para conocer un espacio único en el barrio de Cañitas.