La fotografía de Jorge Miño se ubica en ese preciso límite que existe entre el ver y el mirar. Podemos mirar lo que hay a nuestro alrededor, pero no siempre lo percibimos en su totalidad; ver implica estar alertas y sensibles. Determinados espacios urbanos, escaleras, estacionamientos, son los temas elegidos por Miño para hablar de sus preocupaciones; la ciudad como entidad político-administrativa urbanizada, la ciudad como espejo del hombre.

La fotografía de un espacio urbano suele mostrarnos su arquitectura pero, en las fotografías de Miño, la materia que lo corporiza se desvanece develando, inexorablemente, su alma. De allí surge el nombre de esta primera muestra del artista en la galería Praxis: “Sueños de la materia”, curada por Ana Martínez Quijano.

Miño capta cientos de imágenes con diferentes cámaras, tanto con celulares como con sofisticados equipos, selecciona la imagen o parte de ella, donde no existan elementos que la tornen reconocible y la trabaja por horas, hasta lograr poner en primer plano las texturas de los materiales, la pureza de sus líneas y la sensación que las envuelve.

En este camino, la fotografía logra desprenderse del rigor de la técnica y se deja guiar por la sensibilidad del artista para convertirse en imágenes muy cercanas al dibujo, al grafito y a la acuarela que luego imprime, en gran formato y con tintas metalizadas, sobre papel de algodón.

En otra serie, de pequeño formato, sus escaleras se elevan etéreas e irreales en sutiles profundidades de verdes y azules.

Miño aprovechó la particular arquitectura de la galería para generar una sensación extrañísima de vacío: una de sus paredes ploteada con un mural de cinco metros de ancho por tres de altura se convirtió en un techo de cemento marcado por las poderosas perspectivas de sus vigas.

El conjunto de obras nos obliga a reflexionar sobre las profundas contradicciones de nuestro presente tan voraz y contundente como fugaz. Densas estructuras que se nos vienen encima, implacables e inevitables frente a la sutil invitación a elevarnos en busca de un camino más espiritual; la mirada de un artista que nos enseña a ver.

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Por otro lado, la cortina de la fachada de la galería presenta una intervención mural “…y reversible” del artista Diego Mur con curaduría de Santiago Bengolea que también habla de los múltiples espacios y realidades de una ciudad, en donde transcurren a diario infinidad de escenas, del adentro y el afuera. En la galería existen ahora dos versiones de un mismo espacio, una real y una virtual, una delante y otra detrás, pero no es posible verlas simultáneamente, aunque el límite las haya vuelto indivisibles.

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Galería Praxis - Arenales 1311

Hasta el 6 de abril