A partir de mi visita a Berlín en el año 2012,  surgieron inesperadamente una serie de obras pictóricas, algunas de las cuales hoy presento en el Colegio Pestalozzi.

Esta producción es el resultado del estímulo de lo que vi en esa ciudad. Especialmente, la memoria viva del Holocausto y de la guerra, la que me inspiró un sentimiento de realidad profunda, con todo lo que ello implica: el sufrimiento de las vidas perdidas, los  monumentos que lo recuerdan, los sitios históricos, la cantidad de edificios que fueron reconstruídos y, también, la dimensión de la locura y la destrucción entre otras cosas.