Nota publicada online
Se trata de siete obras que forman parte de la serie Identificaciones. Gracias a la articulación entre el Ministerio de Cultura y el de Defensa se pudieron repatriar estas obras de gran valor cultural e histórico para nuestro país, ahora expuestas en el Museo Nacional de Bellas Artes.
Luego de intensas gestiones realizadas por los hijos del artista, el Ministerio de Cultura y las cancillerías de ambos países, las obras arribaron al Aeroparque Metroplitano Jorge Newbery en un avión Hércules de la Fuerza Aérea Argentina procedente de Santiago de Chile. La restitución de las pinturas fue resultado de un acuerdo entre la Universidad de Chile, la familia del artista, el Ministerio de Cultura y la colaboración de Interpol junto a organismos bilaterales, gracias a lo cual, se pudo recuperar parte de nuestro patrimonio artístico, como son los cuadros de Ernesto Deira.
Sobre este importante acontecimiento para la cultura argentina el ministro Tristán Bauer expresó: “Es una alegría y un orgullo que haya llegado este día después de 50 años de intensa búsqueda y de trabajo en conjunto entre Argentina y Chile: el regreso de las obras de Ernesto Deira, uno de los grandes artistas argentinos. Quiero agradecer particularmente a la familia de Deira y a los equipos de trabajo de Interpol, de los ministerios de Cultura, de Cancillería y de Defensa de ambos países. Ahora los cuadros regresan a su país y a su familia para poder ser disfrutados por todas y todos en el Museo Nacional de Bellas Artes. Es un gran acto de justicia. Nos parece muy hermoso que justo suceda en esta nueva etapa de la política chilena con la asunción de Gabriel Boric como presidente y con toda la esperanza que eso nos trae para la región y especialmente para la Argentina”.
Las obras fueron exhibidas por única vez en 1971 en el espacio de la galerista chilena Carmen Waugh en Buenos Aires y ese mismo año viajaron a Chile y se exhibieron en la Sala Universitaria del Instituto de Arte Latinoamericano de la Universidad de Chile, en el marco de las celebraciones por la visita del ex presidente de Cuba, Fidel Castro.
Al terminar la exposición, las obras iban a ser enviadas a La Habana, pero Deira desistió por el clima político complejo que se vivía en la isla. Las autoridades trasandinas interpretaron que esas pinturas habían sido donadas a Chile, algo que en verdad nunca ocurrió. Tras el golpe de Estado contra el expresidente Salvador Allende, el dictador Augusto Pinochet ordenó la destrucción de las obras y Deira murió en 1986, convencido de que sus cuadros habían sido quemados.
Fue el pintor Luis Felipe "Yuyo" Noé, amigo del artista e integrante del grupo neofigurativo, quien se enteró a través de la gestora cultural Carmen Waugh de que las siete pinturas se encontraban intactas en un depósito en el Museo Arte Contemporáneo, perteneciente a la Universidad de Chile. Desde entonces, sus hijos iniciaron las innumerables gestiones con autoridades diplomáticas, gubernamentales y universitarias de Argentina y Chile para que la colección fuera íntegramente devuelta a la familia. El Museo de Bellas Artes se convirtió, entonces, en el lugar de reencuentro y resolución de aquella historia.
(Fuente: Telam)