Imágenes que permanecen, pinturas que sobreviven.

La historia de Gela Seksztajn, una artista judía que murió en el gueto de Varsovia, en un libro publicado por la Fundación Alon para las Artes.
Contado por el sobrino de la artista, Jacobo Fiterman cuenta la historia de cómo su familia quedó dividida por la guerra. La persecución y muerte que recibieron los judíos durante la segunda guerra mundial forzó a familias enteras a separarse escapando a distintas partes del mundo.
“Gela pertenecía a un grupo numeroso de alrededor de ochenta artistas, donde abundaba el colorido medio de la cultura judía de Varsovia, junto con personalidades provenientes de la literatura el teatro y la música”.
Luego de varios meses de vivir amenazados y perseguidos por los Nazis, Izrael Lichtensztejn y su esposa Gela Seksztajn, frente a la inminente llegada de la muerte, lograron enterrar y salvaguardar así el acervo más importante de obras plásticas de esta artista junto a sus testamentos.
Las condiciones de su muerte son aún desconocidas, se sabe que tanto ella como su esposo Izrael participaron del levantamiento de resistencia del gueto que tuvo lugar en mayo de 1943, probablemente ellos dos y su pequeña hija murieron.
Hoy, gracias al descubrimiento de los Archivos Clandestinos del Gueto de Varsovia (ARG), también conocidos como los Archivos Ringelblum, que estas obras fueron recuperadas dentro de tarros de lechero y cajas metálicas que habían sido enterradas.
Junto con las 400 obras de arte realizadas durante el cautiverio del gueto, fueron encontrados también testamentos escritos por ellos dos despidiéndose de sus familiares. Este libro recopila algunas de sus obras más significativas y cuenta su historia.