Nota publicada online
La muestra que se presenta en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, exhibe más de 30 óleos, acuarelas y dibujos del gran artista uruguayo Pedro Figari (1861-1938), algunos de ellos emblemáticos y otros nunca exhibidos en la Argentina, provenientes de los acervos públicos del Museo Nacional de Artes Visuales y el Museo Figari, ambos de Uruguay.
Tenía casi sesenta años cuando inició su carrera artística profesional. Antes, había librado varias batallas fecundas en otros campos en pos de sus ideales humanistas, incluso, cuando hubiera perdido alguna. Abogado, periodista, educador, político, filósofo, poeta, el uruguayo Pedro Figari llegó a Buenos Aires en 1917 y, a partir de entonces, desarrolló un camino con la pintura que lo sitúa entre las figuras más relevantes del arte rioplatense. Una consideración que por estos días se puede apreciar en el Museo Nacional de Bellas Artes con la muestra Figari: mito y creación, la cual presenta más de treinta óleos, acuarelas y dibujos, algunos nunca exhibidos en la Argentina.
Provenientes de los patrimonios públicos del Museo Nacional de Artes Visuales y el Museo Figari, ambos de Uruguay, las obras se presentan a partir de un diseño expositivo claro y ameno. La propuesta está estructurada en ocho núcleos temáticos: “La leyenda rioplatina”, “Nocturnos y crepúsculos”, “Corridas de toros y juegos”, “Vida primaria (serie de los Trogloditas)”, “El otro mundo”, “El bajo mundo”, “Crímenes” e “Historia Kiria”.
El conjunto permite observar, en palabras de Pablo Thiago Rocca, curador de la muestra y director del Museo Figari, que el artista “realizó series pictóricas que abarcan desde la vida del hombre de las cavernas hasta las ceremonias religiosas contemporáneas, transitando por las corridas de toros y los crímenes pasionales, entre otras, revisando una y otra vez su procedimientos creativos”. Y agrega: “(…) una pintura evocativa y fantástica a la vez, que recrea los patios coloniales, las danzas criollas, los candombes de los negros esclavos y libertos, cuyas peripecias fueron a menudo escamoteadas en los manuales de historia”.
En esta muestra inédita, especialmente ideada para la Argentina, la mirada aprecia las pinceladas rápidas cargadas de materia, el rico cromatismo y los trazos figarianos que delinean con soltura seres, paisajes y objetos. El artista supo, así, representar situaciones, identidades, ritos y mitos desde una modernidad que les confirió visibilidad.
Expresiones gauchescas, afroamericanas y la figura del indígena, que gravitaron en la conformación de la identidad rioplatense, forman parte de sus pinturas. Y, al tradicional tema del paisaje, en este caso pampeano, el artista sumó su imaginación para elaborar extensos cielos, fantásticos ombúes y singulares lunas. Por otra parte, en la exposición se presentan también los paisajes de Venecia, que es una de sus series menos conocida.
En 1915, Figari asumió la dirección de la Escuela Nacional de Artes Oficios (ENAO), consagrándose a formar obreros artistas. Luego de la desaprobación del plan de reformas renunció a la dirección de la institución y a otros cargos públicos para iniciar su carrera de pintor profesional, junto con su hijo y colaborador Juan Carlos. Previamente, y como uno de los tantos frentes de lucha a lo largo de su vida, había abogado mediante sus escritos periodísticos por la abolición de la pena de muerte, lo cual se logró en Uruguay en 1907.
A partir de 1925 se instaló en París. En esta época realizó exposiciones por Europa y América y recibió la visita de personalidades del mundo artístico e intelectual, entre ellas, James Joyce, Pablo Picasso, José Ortega y Gasset y Paul Valéry. Su pintura supo expandirse en el contexto de las vanguardias europeas y americanas desde la mirada de su personal utopía
Su hijo fallece en 1928 y, dos años más tarde, publica la novela utópicaHistoria Kiriacon dibujos presentes en la actual muestra. Retornó a su ciudad natal en 1934 para ocupar el cargo de asesor artístico del Ministerio de Instrucción Pública de Uruguay. Expuso hasta 1938, año en que falleció en Montevideo, a los 77 años. Un gran artista con una obra para mirar, pensar y disfrutar.
Museo Nacional de Bellas Artes (Av. del Libertador 1473). De martes a viernes, de 11 a 20, y los sábados y domingos, de 10 a 20 (lunes cerrado). El público argentino o residente en el país podrá recorrer la muestra con entrada gratuita.