Nota publicada online
Ochenta fotografías del artista dispuestas en cuarenta dípticos componen un relato visual sobre la vida en la ciudad con nuevos significados debajo de la superficie de lo cotidiano.
Ninguna de las 80 fotografías de Facundo de Zuviría que integran su muestra Japón fue tomada en Japón. Todas las obras de la exhibición inaugurada el sábado pasado en el extraordinario espacio que la Fundación Larivière Fotografía Latinoamericana abrió al público en La Boca en noviembre del año pasado fueron tomadas entre 2016 y 2020, la mayoría en Buenos Aires. La serie incluye algunas tomas realizadas en Egipto, en Bélgica, en Holanda, en Rosario, en Tierra del Fuego, en Río de Janeiro, pero ninguna en Japón.
Dispuestas en 40 dípticos, las fotos de Zuviría recorren -como es habitual en buena parte de su obra- detalles de paisajes urbanos, pequeñas observaciones que van creando un relato en el que es posible reconocer el peso de lo cotidiano en la vida contemporánea. La novedad de esta serie, que entusiasma al autor, es su carácter ficcional, que se decidió sobre el final del período en que las fotos fueron tomadas gracias a un impulso intuitivo de su mujer, Paula Serrat.
Así recuerda Zuviría ese momento decisivo: “Yo ando siempre con la cámara en el bolsillo y estoy haciendo fotos de lo que veo. Y entre lo que veo hay distintas obsesiones, fachadas, detalles arquitectónicos, vidrieras, frentes, reflejos, todo lo que conforma, podría decir, mi propia fotografía. Toda esa fotografía que yo hago todos los días tiene normalmente una primera lectora y crítica que es Paula, mi mujer, que es quien mira día a día todas las fotos que yo voy haciendo. Eso es así desde que nos conocemos, hace 37 años. En lo fotográfico estamos muy asociados y en diálogo permanente. Mirando estas fotos que yo iba haciendo, a Paula se le ocurre la idea de que esto era Japón. Se le ocurre ir haciendo como una selección, ir viendo algunas fotos que representen este Japón que es como un concepto imaginario, encontrar un mundo exótico, lejano, ficticio además, crear una ficción en torno a esta idea. No hay ninguna foto de Japón, nunca fuimos a Japón. Se fue armando con las fotos que yo iba haciendo y Paula iba seleccionando y diciendo 'Esto es Japón, esto no lo es'. Ella iba armando, de alguna manera formando un relato que se iba haciendo a prueba y error, poniendo una foto, sacándola, añadiendo otra... Fue un proceso durante el confinamiento de la pandemia”.
Es notable que Facundo y Paula hayan fundado este Japón imaginario en esos días de encierro, cuando el mundo real se parecía como pocas veces a una pesadilla. Qué fue exactamente lo que despertó la idea de Japón y cómo fue creciendo hasta convertirse en esta exposición que ahora podemos recorrer en La Boca es algo que permanece más o menos en el misterio. Paula Serrat ensaya una explicación que no parece convencerla del todo: “Empezó con una foto (que ahora es parte de la serie) de un cartel que dice 'Japón´' y a partir de eso me inventé un mundo... Siempre tuvimos una ilusión grande de ir a Japón. Entonces era como armarme mi propio Japón a partir de imágenes que me sugerían Japón, No sé explicarlo, lo explico con las fotos”.
El método de trabajo de Zuviría es peculiar y se relaciona con su afición por los libros, que compra regularmente por Mercado Libre “como un adicto”. Cuando explora esa página web en busca de alguna primera edición de poesía o algún otro libro que le interese comprar, siempre opta por retirarlo en el domicilio del vendedor. “Voy en subte o en colectivo, que generalmente me dejan a unas cuadras. Camino, busco el libro, vuelvo por otro camino. Y voy fotografiando de ida y de vuelta”, comenta. De esos recorridos, de ese sistema, nació Japón, como tantas otras series.
El montaje de los 40 dípticos de la muestra, curada por Francisco Medail, busca mostrar las dimensiones de la sala, de 250 metros cuadrados, y respeta -en la medida en que se lo permiten los formatos horizontales o verticales- respetar la disposición con que se reproducen en el libro Japón, editado hace meses por Fundación Larivière.
Japón puede visitarse hasta medidados de agosto en Fundación Larivière, Caboto 564, de jueves a domingos de 12 a 19. Bono contribución de 500 pesos.