Nota publicada online
De paso por Buenos Aires, el curador dialogó con Arte al Día sobre la actividad de la fundación en España y otros países, y anticipó una gran muestra de arte y fotografía sobre la historia de Argentina que se exhibirá este año, en el CCRecoleta.
Apartada de los enfoques tradicionales, a la hora de programar las exhibiciones, la mirada que propone el curador Pablo Jiménez Burillo, Director General del Instituto de Cultura de la Fundación MAPFRE, una de las instituciones culturales de referencia en el panorama cultural español, se materializa en actividades y muestras organizadas a partir de una estrategia de gestión coherente e independiente.
Y es que a partir de una formación multifacética en el campo de las artes, las letras, la traducción, la escritura, la poesía y el teatro, Jiménez Burillo, vinculado a MAPFRE desde 1988, propone apartarse de los lugares convencionales y abrirse a nuevas reflexiones: “No hacemos exposiciones por hacer exposiciones, la idea es partir de trabajos de investigación que luego pueden convertirse en algo más”, enfatiza.
Y la propuesta de trabajo de MAPFRE, se extiende más allá de las fronteras de España, con una dinámica programación que llega a otros países de Europa y a América Latina, donde trabajan con curadores y especialistas locales. Precisamente motivado por una de esas iniciativas vinculadas a Latinoamérica, el Festival de Cine 4-1, organizado simultáneamente en cinco ciudades: Bogotá, México, Madrid, San Pablo y Buenos Aires, Jiménez Burillo visitó recientemente la capital porteña y Arte al Día dialogó con él para conocer las actividades de la fundación y sus proyectos vinculados con el arte latinoamericano.
¿Cómo trabaja la fundación y cuáles son sus principales actividades?
Al año, inauguramos entre 32 y 38 exposiciones, no sólo en Madrid, sino también en Europa y en América. Hasta mediados de enero, en la Sala Recoletos, nuestra sede en Madrid, presentamos una muestra que se llama “Made in USA. Arte americano de la Phillips Collection”, que propone un recorrido por 100 años de arte en los Estados Unidos, desde la eclosión del espíritu moderno a finales del siglo XIX hasta la pintura americana de la posguerra a mediados del XX. Por otra parte, fuera de España en este momento, tenemos una exposición de Graciela Iturbide en San Pablo y en México presentamos recientemente una muestra de Max Ernst.
¿Cuál es el papel de la fundación dentro del panorama cultural español?
En España comenzamos en el año 88, y en ese momento, decidimos instalarnos un poco en el territorio que había entre el Prado y el Reina Sofía. Hicimos una revisión sistemática de todo el arte español de finales del siglo XIX y principios del XX. Después de 6 o 7 años empezamos a ocuparnos un poco más de la escena internacional dentro del mismo período. Al mismo tiempo hacemos una importante programación de fotografía. Abordamos desde fotógrafos norteamericanos de los años 30, 40 hasta otros más recientes. En este momento, por ejemplo, tenemos una muestra de John Gutmann. Y cada dos años hacemos una muestra de una artista, que sea su primera retrospectiva.
¿Cuáles son los proyectos vinculados a América Latina para el futuro?
Ahora estamos trabajando con distintos historiadores latinoamericanos para reescribir una historia de América Latina contemporánea, desde la Independencia hasta el presente. En cada país hay un equipo integrado por especialistas locales. En Argentina lo dirige Jorge Gelman. Lo que nosotros hacemos desde España es coordinar para que lo escriban según el mismo modelo formal. Como consecuencia de esta iniciativa, publicaremos más de un centenar de libros. Además, en cada país vamos a presentar una muestra con la historia del país en fotografía.
¿La investigación histórica se materializa en exposiciones en cada uno de los países? Así es. Por ejemplo, en Argentina lo presentaremos en el Centro Cultural Recoleta, en marzo de 2011. Además, tendrá la particularidad de que no será sólo una exposición de fotografía, sino que introduciremos obras en diferentes técnicas, dibujos, grabados, videoinstalaciones. Entonces, hacemos un juego entres la Argentina “vista”, que sería a través de la fotografía, la Argentina “soñada”, recreada a partir del arte. El resultado será una exposición con más de 350 piezas, con curaduría Diana Wechsler.
¿Cómo se insertan los artistas y los curadores latinoamericanos en MAPFRE?
Tenemos un gran proyecto sobre Rafael Barradas y los artistas de su entorno. Porque creemos que no se sabe, que influyó mucho en el primer Dalí y que fue muy importante en Europa. Es un proyecto que en principio queremos presentar en el Reina Sofía de Madrid y luego la idea es traerlo a Buenos Aires, para mostrar en ambas ciudades, cómo Barradas es un personaje fundamental para traer el lenguaje de las vanguardias a España. También tenemos un proyecto en torno a la Nueva Objetividad y trabajamos con especialistas de Alemania, Argentina, México, Brasil y España, para plantear cómo la Nueva Objetividad alemana crea una especie de lenguaje internacional que llega a esos países. Luego veremos si se convierte en una exposición. Pero lo que hemos creado hasta ahora es un equipo de trabajo con historiadores del arte latinoamericano y durante el mes de enero hay unas jornadas de trabajo para investigar el tema.
¿Diría que ese es uno de los criterios de la fundación a la hora de pensar una muestra, el hecho de mostrar aspectos ignorados o miradas desde otras perspectivas, apartadas de los discursos tradicionales?
Nosotros siempre tratamos de dar un punto de vista que no sea el habitual. Por ejemplo, el año pasado, cuando presentamos la exposición del Impresionismo en Madrid, incluimos pintores del salón, realistas, académicos, para mostrar todo lo que pasaba en 1900. Además, planteamos cómo cuando se crea el Impresionismo es justo unos de los momentos más trágicos para Francia, porque es cuando pierde la guerra franco-prusiana. Generalmente, cuando uno va a ver una muestra impresionista sale con una sonrisa. Pero nosotros tratamos de mostrar que fue un momento especialmente dramático.
Marcando una diferencia con los criterios de las instituciones oficiales…
Claro, porque el Prado por ejemplo no puede hacer una exposición donde el Barroco no es el Barroco. Pero nosotros sí, ¿por qué no? Si podemos invitar al espectador a que mire las cosas de otra manera, a que piense por qué esto lo vemos así y si lo podemos ver de esta otra manera. No tenemos una colección, no somos un museo, no tenemos que hacer exposiciones sobre la forma de ver nuestras colecciones, sino que lo que podemos hacer es reflexionar sobre cómo entendemos la Historia del Arte, desde puntos de vista que no son los “grandes puntos de vista”.
¿Cómo ve el arte latinoamericano actual?
Nosotros tenemos una relación complicada con el arte latinoamericano porque tenemos problemas para verlo bien, y por mucho que se hable del auge internacional, todavía tenemos una visión muy cerrada. Cuando uno va a Art Basel Miami que es un poco el gran escaparate del arte latinoamericano, o la bienal de San Pablo, ahí descubrimos artistas que no conocemos en nuestro escenario habitual, y que sin embargo nos sorprenden por su energía y vitalidad.