Nota publicada online
Conversamos con el artista argentino Daniel Vidal, que durante mayo presenta la muestra "Bajo la línea del silencio" en el British Arts Centre.
Desde el 9 de mayo presentás la muestra "Bajo la línea del silencio" ¿Son todas obras recientes no?
Sí, son pinturas que hice entre 2012 y 2013 y que constituyen una serie cerrada tanto formal como conceptualmente.
Es raro que hables de "serie cerrada"… La mayoría de tu obra dialoga mucho independientemente de las series.
En realidad la serie cerrada es una excusa que me pongo a mí mismo para trabajar y para auto limitarme en la producción. Soy muy prolífico y necesito tener un control para concluir las cosas; pero es verdad que hay algo que unifica toda mi obra y es ese contrapunto entre lo accidental y lo racional, la mancha y la geometría.
¿Cómo es el proceso de trabajo? ¿Qué haces antes y qué después?
No tengo una receta que siga estrictamente. Tengo muchos bocetos, geométricos, que podría decir que son lo primero, pero en realidad eso luego se transforma a partir de la mancha que aparece en la tela. Esa parte matérica del chorreado la hago sobre el piso, y luego recorto esa sección pintando la parte geométrica. Me gusta pensar la idea de que hay un juego con figura y fondo en donde el fondo se adelanta.
¿Siempre hiciste arte abstracto?
Sí, y también siempre fui más formal que conceptual. De todas maneras ante todo, me defino como pintor y eso es lo que más llama la atención.
¿Dedicarse únicamente a la pintura en el universo contemporáneo quedó como un concepto anacrónico?
Hay una ilusión general entre la gente del arte de que el que sólo pinta, eventualmente empiece a tomar otras técnicas. Yo, frente a eso, me aferro a la pintura y creo que es un medio de expresión que todavía puede decir muchas cosas.
¿Por qué decís "todavía"?
Porque la pintura se va a agotar. Es una técnica que va a morir y eso tiene que ver con que en el mundo del arte se vienen dando nuevas cuestiones asociadas al capitalismo absoluto en donde no hay tiempo para que el artista reflexione en su práctica. El artista nuevo tiene una urgencia expresiva que es incompatible con el tiempo de formación y fabricación que implica la pintura. Hoy, en el proceso artístico, se delega casi todo entonces ese tiempo de manufactura que pertenece al artista se pierde. De hecho hoy creo que no hay grandes pintores.
Sos un pintor romántico.
Por momentos me pongo anticuado, sí. Es que hay un fenómeno social en donde la atención diversificada pone modelos en crisis y, la pintura es uno de ellos.
Cómo combinás esta visión que tenés de la pintura, con las clases con tus alumnos en el taller a quienes enseñás a pintar.
A mis alumnos les transmito que uno, para ser artista debe tener pasión y tiempo. Y ese tiempo, se lo estás quitando a otras cosas que muchas veces cuesta dejar. Pero realmente creo en abordar la carrera y eso tiene una gran exigencia de ponerse a pintar.
La pintura aparece como un lugar de refugio ante la vorágine del tiempo.
Creo importante defender la pintura y el diálogo. Crear y conservar espacios de reflexión que ya no son tan comunes y si no los trabajamos, se van a agotar.
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