Nota publicada online
Una selección de sus singulares dibujos realizados en tinta sobre papel, pueden verse en la galería ubicada en el barrio de Retiro, hasta fin de septiembre.
Marcada por una vida trágica, Emilia Gutiérrez (1928-2003) desarrolló una obra singular, abocada a la pintura figurativa y alejada de las búsquedas experimentales de los años sesenta. En 1975, por recomendación de su psiquiatra debido a las alucinaciones que le provocaban los colores, abandonó la pintura para dedicarse exclusivamente al dibujo. Esta exposición presenta una selección de sus obras realizadas en tinta sobre papel, desde entonces hasta su muerte. Mediante el trabajo minucioso y preciso de la línea sobre el plano, Gutiérrez plasmó una gran cantidad de imágenes en las que representó personajes diversos en acciones cotidianas, interiores domésticos, bares y cafés, escenas infantiles y también oníricas.
"No me cabe hoy la más mínima duda de la precisión de sus dibujos, de la riqueza pictórica de sus óleos. Lo distinto en estos trabajos es que no narran historias que la artista imaginó o escenas que intentó representar con mayor o menor eficacia. Las obras son el hecho en sí mismo. Lo que pasa en cada dibujo, solo pasa dentro de esa hoja. No hay locura en su obra, al contrario, esos dibujos son el intervalo que lograba entre tanto sufrimiento personal. Las obras son la evidencia de cómo el trabajo la sacaba de su miseria.
Una mujer sentada me mira de reojo, como si esperara ver mi reacción, mientras
otra se entretiene tocando unas telas sin la más mínima intención de abandonar su quehacer. El tiempo transcurre en el papel y la tensión no se apaga. Cada línea, cada claroscuro, insinúa y revela un momento irrepetible.
Hace muchos años, el poeta Máximo Simpson le contó a Raúl Santana (Raúl es quien me enseñó a mirar a Emilia) que Emilia le había regalado un dibujo que tenía figuras humanas y una rueda. Simpson, que ya había convivido años con el dibujo, le preguntófinalmente a Emilia qué significaba esa obra. Emilia le respondió “No, no tengo nada que decir”.
Y creo que esa no-explicación es la llave para entrar en el mundo de esta artista, nada que explicar. Solo hay que detenerse, mirar y abrir los poros de nuestra sensibilidad para vivir las historias, siempre distintas, que surgen en cada uno de esos dibujos.
He revisado uno por uno cientos de ellos. No hay un sólo error, no hay una corrección. Siempre su mano es guiada por una idea clara y contundente. Resuelve las imágenes con la maestría de una verdadera artista. Cada obra es una historia distinta, cada cuadro es un nuevo ser que se agrega a este mundo. Seres que antes no existían y hoy tienen forma y alma.
No hay que explicar las columnas, las telas, los platos, las puertas que no conducen a ninguna parte. Todo pasa dentro de la obra y está en nosotros darles vida con la mirada." Gabriel Levinas
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Emilia Gutiérrez Dibujos 19/05/2021
30/09/2021
VASARI | Galeria de Arte
Esmeralda 1357