Nota publicada online
Hasta el 10 de enero todavía hay tiempo para ver en Fundación Proa, una muestra para no perderse: "El tiempo del Arte-Obras Maestras del siglo XVI al XXI". Se trata de una invitación para hacer un recorrido por cinco siglos e imágenes trascendentales de la historia del arte, a través de más de 100 obras que integran la muestra.
La exposición es el resultado de una colaboración entre GAMeC (Galería de Arte Moderno y Contemporáneo de Bérgamo) y la Fundación Proa, y cuenta con el apoyo de la Embajada de Italia en la Argentina, y el Instituto Italiano de Cultura.
El curador de la muestra, Giacinto Di Pietrantonio, Director de GAMeC y docente de la Academia de Brera (Milán), señala en su medular ensayo: "Esta exposición se focaliza en la presentación y representación de las cuestiones cruciales del mundo, un intento de usar el arte de diferentes épocas y poner el acento en las cuestiones de siempre".
Se exhiben 106 obras divididas en 8 núcleos: Poder/Cotidiano, Cuerpo/Mente, Vida/Muerte, Amor/Odio, un diálogo de lo antiguo con lo contemporáneo, artistas de diferentes países y disciplinas diversas.
¿Cómo articuló Di Pietrantonio esta exposición? Utilizando nuevas tecnologías, correo electrónico, Chat, facebook, SMS, preguntó sobre los temas mencionados y si bien las respuestas no explican de manera directa las obras expuestas, sí contribuyen a crear un hipertexto verbal-visual. ¿Qué es lo importante de esta muestra? Propone un desafío, mirar con atención, no oceánicamente, comparar cómo han sido y son tratados estos temas existenciales.
Un ejemplo de "poder" es el "Retrato del Papa Inocencio X" de Diego de Velásquez (Copia), descrito como rudo, potente, rencoroso y al mismo tiempo un amante de las bellas artes. El poder del papa unido a la fama de Velásquez, obra repetida y muy copiada, demuestra el poder del arte.
"El cuarto de los 100 reyes que ríen" de Diego Perrone (Italia, 1970), 99 impresiones lambda del poder absoluto encarnado por diversas personas en las que todos sonríen y se convierten en personas comunes gracias al retoque digital. El retrato N° 100 es el artista, símbolo del poder del arte para intervenir y modificar.
Entre las obras de lo "cotidiano" está "Insignia del Barbero Oletta" de Vittore Ghislandi detto Fra ´Galgario (siglo XVII), óleo que muestra al protagonista junto a un jornalero, a un dependiente, una pintura realista de la vida en sociedad. Una tinta y acuarela sobre páginas de agenda de Joseph Beuys, artista representativo del arte conceptual, que sostenía que el sentido del arte estaba en su utilización social y cotidiana.
Una muy bella "Naturaleza Muerta" (1959) de Giorgio Morandi cuyo repertorio de botellas, jarros, lámparas, adquiere un contenido que va más allá de lo cotidiano. También se destaca la fotografía de Gillian Wearing, perteneciente al famoso grupo Young British Artists. Este artista pedía a gente elegida al azar que escribiera sus pensamientos en un papel: la fotografía de un hombre formalmente vestido, probablemente un financista con
"estoy desesperado", es muy elocuente.
Importante inclusión de artistas argentinos en distintos núcleos, entre ellos, León Ferrari, Oscar Bony, Clorindo Testa, Guillermo Kuitca, Víctor Grippo, con su famosa "Mesa de Albañil"(1998) artista que mostró la relación arte y oficio a lo largo de su trayectoria.
En el núcleo "Vida", "Gallos, pavos y polluelos" (1725) , de Angelo María Crivelli, llamado Crivellone, pintor de género, un especialista en la representación de animales de corral y de caza, vivos, a quienes se le atribuye un carácter simbólico, pinturas que se encargaban como regalo de bodas. Imperdible es una foto "Los Huevos de mi Amnesia" (1996) de Joel-Peter Witkin(USA, 1935) que se caracteriza por sus fotos transgresoras
que tratan temas como muerte, sexo, cadáveres, transexualidad, seres marginales que evocan pasajes bíblicos o pinturas famosas Sislej Khaf (Kosovo, 1970) y Adel Abdessemek (Algeria) componen el colectivo Xhafadessemed que realizó en 2004 "Segundo Susto", una instalación que cuelga del techo, una ostentosa bijouterie en oro y brillantes de ex votos, cruces, keflas, que simbolizan las tres religiones monoteístas y los miedos que todos padecemos en los tiempos actuales.
En "Muerte", "El Martirio de San Juan Obispo", c. 1743, boceto de la gran tela para la Catedral de Bérgamo de Tiépolo , escena patética que se transforma bajo su pincel luminoso, complejas arquitecturas, escorzos elegantes.
De Jeff Wall, destacado fotógrafo canadiense nacido en 1948, hay una diapositiva de gran tamaño sobre caja de luz titulado "El cementerio judío", una obra paisajística que se funde con lo humano y que en verdad representa nuestra memoria colectiva.
En el capítulo "Cuerpo", a la suavidad de las formas femeninas, Diana y una ninfa a punto de tomar un baño con un encantador paisaje de fondo atribuido a Giovanni Francesco Barbieri , el Guercino, (1620) se opone la impresión en papel de algodón, cera, de "Sin Título", de Roberto Cuoghi, (Módena, 1973) uno de los cuatro artistas que recibieron menciones en la reciente Bienal de Venecia.
La metamorfosis es un tema recurrente en su arte que todo lo cuestiona, el miedo a lo desconocido, una obra de carácter angustiante, verdaderamente turbadora.
Obras de Joseph Kosuth, de Salvo, de Duchamp, se destacan en el segmento ³Mente² así como en "Amor" la del artista alemán Anselm Kieffer "Tu edad y la mía y la edad del mundo", foto, pintura y carbón (2005) y el "Retrato de Niña" siglo XVII, atribuido a Velásquez o de Basanni (1750/60) "San José con el niño Jesús".
"Odio" está marcado sobre cuero de buey. Un gesto violento, de gran pregnancia correspondiente a Gilberto Zorio, otro exponente importante del Arte Povera. Este segmento incluye un San Roque llevado a la cárcel de 1550 y los retratos de criminales, lápiz-tinta de Thomas Schütte, otro artista alemán cuyas dramáticas esculturas vimos recientemente en la Colección Pinault en Venecia.
Hay un nombre recurrente en casi todos los núcleos: Ben Vautier (Nápoles, 1935), célebre por sus caligrafías en acrílico blanco sobre negro, mensajes cortos, directos como por ejemplo: "el poder ama mirarse en su espejo", "todo es ego" o "sin el ego el arte está muerto".
Como corolario de esta muestra citamos a Giorgio Guglielmino, Primer Consejero de la Embajada de Italia en la Argentina, que en su texto "Reflexiones", nos propone disfrutar esta muestra "mirando los cuadros contemporáneos como si se hubieran pintado hace 100 años y los antiguos como si sus colores estuvieran todavía frescos".
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Hasta el 10 de enero de 2010
Fundación Proa, Av. Pedro de Mendoza 1929 , La Boca