Nota publicada online
Adrián Villar Rojas, artista que representa a la Argentina, acaba de recibir una importante distinción, en la flamante edición de la Bienal: el 9 Benesse Award. Desde Venecia, la curadora e investigadora, Diana Wechsler nos cuenta "en directo", las primeras noticias de uno los acontecimientos artísticos más importantes en ell mundo del arte.
Venecia, 3 de junio
Ya van tres días de la apertura -limitada a prensa e invitados especiales- de la 54 Bienal de Venecia. Días intensos, calurosos, nublados, con chaparrones aislados que parecería que buscan contrariar la propuesta de la curaduría general de la bienal: Iluminaciones.
El concepto, amplio, diverso, tuvo apropiaciones diversas, según los artistas y las propuestas curatoriales. Entre todos ellos elijo comentar aquellos que, al cabo de tres días de caminar el Arsenale y los Giardini, (y con la salvedad de que hace falta sedimentar la experiencia), más me interesaron: Francia, Alemania, Bélgica, Egipto, Argentina, Chile, son de momento aquellos sobre los que deseo proponer una reflexión.
En Francia, la instalación de Christian Boltanski apunta con intensidad sobre la idea de iluminación como alumbramiento y sus limites, en suma, los limites de la condición humana sometida al azar. En Alemania, la instalación de Christoph Schlingensief dispara sobre varias cuestiones y pone en escena la sacralización de la obra de arte en un espacio especialmente sensible a esta lectura.
Ángel Vergara en Bélgica impacta con una video instalación ligada a los siete pecados capitales y recoge la idea de iluminación, entre otras dimensiones, de la idea de iluminación de los libros medievales. En Chile, las huellas de las tragedias se presentan con silenciosa austeridad. Egipto sitúa con una videoinstalación la conflictividad política contemporánea del país y el homenaje a uno de los primeros muertos de la revolución del febrero pasado.
Finalmente, Argentina. Nuestro país presenta en los Arsenales la instalación del joven rosarino Adrián Villar Rojas, intensa, expansiva, compleja, que acaba de recibir el premio 9 Benesse Prize de Japón, que desde el año 95 reconoce el trabajo de artistas como Cai Guo-Qiang, Olafur Eliasson entre otros; un premio que consiste en 1.000.000 de yenes y la realización de un proyecto público en un lugar poblado por los grandes nombres del arte contemporáneo.
Con curaduría de Rodrigo Alonso la propuesta argentina posiciona muy bien a nuestro país que a partir de hoy, gracias al convenio en el que participó la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner y que incluye un comodato firmado por 30 años, tendrá un espacio estable en uno de los foros internacionales del arte más tradicionales.
Ésta, no es más que una primera mirada sobre la Bienal.