Por Mariano Serrichio

Es curioso observar estas pequeñas obras de Eduardo Chillida, si uno las compara mentalmente con sus conocidas y monumentales esculturas. No
obstante es sólo una cuestión de escala, ya que en estos trabajos mínimos, piezas en papel de una exquisita sutileza, se puede apreciar el
pensamiento escultórico del gran artista vasco.
La muestra, que tras presentarse en el Museo Evita – Palacio Ferreira, de Córdoba, se exhibe hasta el 30 de enero, en el Centro Cultural de España
en Buenos Aires, y cuyo título es “La poética del papel”, se compone de grabados, gravitaciones y dibujos. En los grabados aparecen formas muy
simples que estructuran el espacio, utilizando sólo el blanco y el negro, y que despliegan patrones rítmicos, abstractos, de notable fuerza. De una
pieza a la otra, se nota el desarrollo de estos patrones. Entre las estructuras blancas y negras, se desatan, en algunas obras, verdaderas
tormentas o campos de fuerza que marcan transiciones entre los dos valores extremos. Estas obras parecen ser una respuesta a una pregunta que se formula Chillida: “¿No es el límite el verdadero protagonista del espacio como el presente, otro límite, es el protagonista del tiempo?”.
Lo más singular en esta exposición son las “Gravitaciones”, un diseño o forma creada por Chillida para trabajar con el papel. Surgió frente a la
molestia del artista de utilizar cola para unir los papeles, por lo cual se le ocurrió emplear hilos para ensamblarlos, logrando así que circule
aire entre los papeles, es decir que “graviten”. He aquí una solución de escultor a un problema plástico, al hacer aparecer el espacio en el
interior de la obra. De las “gravitaciones”, pueden verse sus “homenajes a Bach”, piezas cuya delicadeza y sencillez abren un diálogo con las formas
del compositor alemán, quien fue una influencia permanente en la formación de Chillida como artista.
Hay también una serie de dibujos de manos, que son una de las pocas incursiones del artista en el terreno figurativo. Las manos, capturadas en
mínimos y extraños movimientos de los dedos, recuperan en estos dibujos su curioso y primitivo sentido de herramienta y don, puente principal de la actividad plástica, y de la actividad creativa, en un sentido más general.
Sobre Eduardo Chillida
Nace el 10 de enero de 1924 en San Sebastián. Su primera exposición la realiza en París en 1950, año en que se casa con Pilar Belzunce. Ha
recibido casi todos los premios existentes a lo largo de su vida: de la Bienal de Venecia al Kandinsky, del Wilhem Lehmbruck al Príncipe de
Asturias, del Kaiserring alemán al Premio Imperial en Japón. Su obra está presente en más de veinte museos de todo el mundo, y exposiciones
retrospectivas se han celebrado en Houston y en Berlín, en Madrid y en Caracas, en Londres y en Palermo. Sus esculturas se encuentran frente al mar como en San Sebastián, o en la montaña como en Japón, y en ciudades como Washington, París, Lund, Munster, Madrid, Palma de Mallorca, Guernica o Berlín. Sobre su obra han escrito arquitectos, matemáticos, filósofos como Martín Heideggeer y Emile Cioran, o poetas como Octavio Paz.
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09/12/2009 - 30/01/2010
CCEBA - Centro Cultural de España en Buenos Aires (sede Paraná)
Paraná 1159 , Recoleta, Ciudad de Buenos Aires
Horario: de lunes a viernes de 10.30 a 20 hs., y sábados de 10.30 a 14 hs.