Nota publicada online
Un recorrido por las diferentes etapas de producción y búsquedas del gran maestro argentino. Pinturas y tintas sobre cartón, realizadas entre 1965 y 2014.
Alejandro Faggioni Estudio de Arte inauguró el 27 de abril una exposición antológica de Eduardo Serón (1930-2021), pintor rosarino representante del arte concreto en su provincia. Fiel amigo de la casa, legó un vasto patrimonio artístico que es evidencia de su incansable, continua y perseverante labor, y que reflejan su paso por una de las vanguardias más importantes de mediados de la década del ’40 en Argentina.
Como en cada muestra organizada en este espacio, el objetivo es no sólo acercar obras del artista al espectador sino introducirlo a su mundo creativo, mostrar su camino y acompañarlo en la contemplación de las piezas exhibidas.
Siluetas geométricas, colores vivos, líneas curvas y rectas, visten las paredes de la galería creando ritmos, armonías y contrastes. “Los colores llevan tiempo” decía Serón mientras pintaba a mano alzada con una precisión inigualable y continuaba: “Cuando un ojo es sensible, sabe que un color al lado del otro puede vibrar de distinta manera, según como se lo trabaje.” Sus obras palpitan, resuenan, transmiten una musicalidad que puede transportar a la mayor profundidad para luego saltar bruscamente a la superficie. El ojo no para.
Elena Oliveras, autora del texto curatorial que acompaña el catálogo explica que “Al igual que los integrantes de la Asociación de Arte Concreto Invención, Serón consideró que la era artística de la ficción representativa había llegado a su fin y que era preciso poner al espectador en contacto directo con las cosas y no meramente con sus ficciones. Si hay algo que lo obsesionó fue el problema de la estructura y la generación de formas. Podríamos decir que rindió culto a la forma y esto no sólo se percibe en la serieLas Señoras Formas, expuestas en 1970, sino en la totalidad de su producción.”
Y es en ese juego entre figura y fondo, entre lo vacío y lo lleno, que se construye el movimiento, esa danza de formas, líneas y colores que invitan a viajar por cada una de las obras despojándose de cualquier pensamiento externo y fundiéndose con la superficie que abre la puerta a una dimensión que no tiene fin, que es distinta cada vez que uno la visita con la mirada y se zambulle en ella.
En una carta que Eduardo Serón le escribe a Nelly Perazzo -crítica, docente, investigadora e historiadora del arte contemporáneo, especialista en arte concreto- comentaba: “El haber obtenido una forma sintiendo que ella a su vez se constituyó en un ente verdaderamente expresivo me indujo a denominarla como a ‘UNA SEÑORA FORMA’. (…) Aparece contundentemente la interrelación figura-fondo no como medio para destacar la ambigüedad de ambos, sino como medio para exaltar la continuidad de dos opuestos: vida-muerte.”
Con aproximadamente 25 obras en sala, Alejandro Faggioni logra un recorrido completo que ilustra el camino realizado por Serón con obras que datan desde 1965 hasta 2014.
Hasta el 24 de junio en Sargento Cabral 881 5ºK
De martes a viernes de 14 a 20h