Nota publicada online
Derrame, la muestra obras inéditas de esta escultora de importante trayectoria inaugura el sábado en Casa de las Culturas de Tigre.
Para mí, la escultura es el cuerpo.
Mi cuerpo es mi escultura,”
Louise Bourgeois.
Mónica Sartori (Roma, 1967) presiona sobre la materia con manos de escultora, jugando con los límites de la expansión material disponible.
Las obras derramadas y amorfas (acromáticas en su mayoría), explotan el peso del cuerpo, la entrega y la liberación. Son piezas que estiran los diferentes límites y resistencias como una olla a presión; desplomadas una sobre la otra hasta perder su forma, sin prejuicios ni culpa.
Estamos ante el cuerpo físico de la artista que se fusiona con los materiales que habita. Volúmenes en yeso pulidos obsesivamente que cargan intervenciones de su pelo y exponen osadamente diversas mímesis anatómicas. Con frecuencia son perforadas, penetradas o inestabilizadas. Una figura colgante sufre una dilatación térmica expandiendo su volumen, quizás debido al aumento de su temperatura cromática, y como una carcasa que no logra contener sus venas, invade la sala con un flujo de energía nerviosa como una fuente de vida circulando.
Sus abstracciones logran confluir en una síntesis que aúnan lo orgánico de sus formas con su “yo femenino.”