Nota publicada online
“Invito al espectador a ver cómo estas obras se desplazan, con el único propósito de difundir el mensaje positivo de la magia”, dice Daniel Joglar (Mar del Plata, 1966), mientras pasea morosamente entre las piezas que modifican las salitas del Espacio de Arte de la Fundación OSDE.
Desplazamientos es una muestra de Daniel Joglar, que enciende la imaginación e inaugura un territorio de serenidad. Inicia la segunda edición del “Proyecto Salitas”, para el que convocaron también a Florencia Levy, José Luis Tuñon, Ramón Teves, Marcela Cabutti, José Luis Anzizar, Guido Ignatti y Hernán Soriano.
A contracorriente de las excesivas y monumentales (tan entretenidas como poco reflexivas) piezas actuales, Joglar posee el raro talento de crear una consistente obra a partir de sencillos dispositivos, que no requieren grandes inversiones ni demasiados componentes. Transmuta humildes objetos de uso cotidiano en poéticas formas y colores, despertando nuevos significados y emociones. En 2012, por ejemplo, realizó una intervención artística mural en el sector de descanso del Pabellón de exposiciones temporales del Museo Nacional de Bellas Artes con sólo cartones de paspartú, creando una impactante instalación en la tradición del movimiento concreto.
Como lo evidenció en su última exhibición en Galería Ruth Benzacar a fines de 2013, aquí también parte de elementos de apariencia trivial y materiales casi de descarte y, junto a la multiplicación de las posibilidades de la iluminación (o su falta), Joglar genera delicadas obras que juegan con las nociones y percepciones del espectador.