Nota publicada online
Un premio que otorga cada año la Fundación Alberto J. Trabucco, dependiente de la Academia Nacional de Bellas Artes, dedicado alternativamente a las disciplinas Pintura, Grabado, Escultura, Dibujo y Otros Soportes, e invita en cada edición a diez artistas de todo el país seleccionados por la comisión de Artes Visuales de la ANBA.
Esta edición se caracteriza por una rica variedad de lenguajes personales, de los artistas invitados: Amadeo Azar, Lucas Bragagnini, Cristina Coll, Alicia Esquivel, Ana Gallardo, Cynthia Kampelmacher, Martín Kovensky, Heunú Peña, Sandra Sarrúa y Daniel Santoro, quien resultó el ganador.
La exposición se podrá visitar hasta el 16 de agosto, de lunes a sábados de 12 a 20h, en el Espacio de la Fundación OSDE, Arroyo 807, CABA.
La Fundación Alberto J. Trabucco, dependiente de la Academia Nacional de Bellas Artes, organiza este Premio anual dedicado alternativamente a las disciplinas Pintura, Grabado, Escultura, Dibujo y Otros Soportes, e invita en cada edición a diez artistas de todo el país seleccionados por la comisión de Artes Visuales de la ANBA.
El jurado de premiación, compuesto por la comisión de Historia y Crítica del Arte junto a la de Artes Visuales, otorga un único Premio Adquisición que es donado a un museo nacional, provincial o municipal de nuestro país. En esta oportunidad el jurado estuvo compuesto por Matilde Marín, presidenta de la Academia, Sergio Baur, Gracia Cutuli, Graciela Hasper, Laura Malosetti Costa, Eduardo Médici, Carola Zech y José Marchi, presidente de la Fundación.
Este año, el Premio Trabucco -que se organiza y exhibe en el Espacio de Arte de la Fundación OSDE- está dedicado a la disciplina Dibujo.
Los diez artistas seleccionados comparten un nivel de excelencia y máximo compromiso en la producción de su obra, al mismo tiempo que han desarrollado lenguajes muy personales, que expanden los límites de la disciplina que las y los convoca, permitiéndonos intuir un posible panorama del dibujo argentino en la actualidad.
Los breves textos con los que cada artista define las direcciones constitutivas de su trabajo nos acercan al complejo proceso técnico, formal y conceptual que toda obra de arte contemporáneo involucra.
El potencial de la línea y el valor tonal se despliega en las representaciones figurativas de DANIEL SANTORO -ganador por unanimidad del premio- a través de la carga simbólica de polvos de tierra y carbonilla, materiales que utiliza para plantear los posibles escenarios de una naturaleza colapsada.
AMADEO AZAR ensambla sus enigmáticos conjuntos de dibujos, acuarelas y objetos a la manera de “ensayos visuales”, como él mismo los define, articulando relaciones temáticas tales como el paisaje pampeano, las vanguardias artísticas locales y la historia, desplazadas conceptualmente de sus contextos habituales.
LUCAS BRAGAGNINI recorre los fugaces espacios de “El país de las últimas cosas”, eco del relato de Paul Auster, como un reportero gráfico que fotografía y luego dibuja con grafito los restos arquitectónicos más pesados y monumentales, esos que se resisten al desvanecimiento aferrándose al papel para continuar siendo “cosas”.
Siguiendo el consejo de Walt Whitman “sé curioso, no prejuicioso”, CRISTINA COLL indaga la identidad sexual y de género, retratándose y retratando en sus dibujos coloreados con témpera un archivo de personajes con múltiples apariencias y posibilidades corporales.
Con oficio de orfebre, ALICIA ESQUIVEL dibuja con “punta de plata” una de las herramientas más tradicionales del disegno, los matices grisáceos y las tramas de sus modelos, fragmentos aún vivos que rescata de una naturaleza devastada.
Podríamos decir que ANA GALLARDO escribe sus dibujos. Son frases testigo o confesiones de víctimas de violencia infantil o de género, bordados con hilo plateado sobre un soporte de papel cubierto con carbón negro sin fijar, superficie de un cuerpo violentado que interpela con su fragilidad nuestra mirada.
Los paisajes y constelaciones gráficas en las que CYNTHIA KAMPELMACHER intenta reconocerse en el entramado del mundo dejan minúsculas retículas abiertas a otros mundos irreconocibles.
MARTÍN KOVENSKY inunda la superficie del papel de grafito y carbonilla con premura, aglutinando en sus dibujos la representación de una civilización en acelerado proceso de transformación en busca de una nueva edad de oro.
HUENU PEÑA procesa y traduce digitalmente específicos fragmentos de textos literarios en términos matemáticos, creando inesperadas abstracciones lineales que dan un nuevo cuerpo formal a las palabras.
SANDRA SARRÚA se sumerge entre los pastizales y los juncos del paisaje como quien se sumerge en un laberinto de líneas y texturas, registrando intuitivamente con distintos materiales y fluidos el mapa que recorre su mirada.
Más allá de la legitimación y el reconocimiento que este importante premio otorga, no quisiéramos perder de vista, y por ello lo repito, el compromiso vital que cada una y cada uno de los artistas seleccionados ha asumido con su tarea creativa para enriquecer con su obra nuestra mirada y abrirla a nuevos horizontes.