Nota publicada online
En el marco de la muestra Fuera de Serie, un diálogo entre las artistas Alejandra Seeber y Leda Catunda, curada por Francisco Lemus, se presenta esta obra de los 90 que tiene una curiosa historia.
“Cuidado con la pintura”, una obra que remite claramente a Manuel Peralta Ramos, fue realizada en el marco de una “protesta” a favor del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, cunado este estaba en plena obra. La idea de Seeber era “construir un museo con cuadros" en el pozo del edificio en construcción. Por un tema de seguridad esa muestra no puso hacerse y las obras de gran formato quedaron sin ser exhibidas. Una de ellas es justamente la pieza que se exhibe en Malba, en el marco de esta muestra.
Desde los inicios de la década noventa, la obra de Alejandra Seeber se ha visto transformada por distintas experiencias estéticas que habilitan la pregunta sobre la pintura más allá de las tradiciones. Fue vital para su formación transitar por atmósferas disímiles y liberadoras en torno a la práctica artística como el taller de la pintora Elsa Soibelman y el programa para artistas jóvenes ideado por Guillermo Kuitca, espacio de clínica que cambió la enseñanza del arte en Buenos Aires.
Seeber conceptualiza la pintura, pero no desde las referencias históricas, tampoco a través de las convenciones, involucra una cultura visual atravesada por su propio recorrido en el rock alternativo, el trabajo en escenografías para obras teatrales y shows musicales, la vida en elunderground ubicado en la zona sur de la ciudad y los programas digitales que empezaron a utilizarse en el diseño gráfico y la publicidad como novedad tecnológica del fin del siglo pasado.
Seeber posa su mirada en los interiores domésticos, la arquitectura, la decoración y los fragmentos más triviales, pero ahí encuentra una imagen del mundo que rápidamente hace estallar con manchas, chorreaduras, gestos corporales y partes que se dispersan por todo el cuadro donde la relación con el afuera y la figuración resulta difusa. Entre lo común que subyace en varios artistas argentinos de los años noventa, en especial la alianza con el submundo estético que tiene lugar en lo cotidiano, y los ejercicios plásticos practicados en la soledad del taller, Seeber generó un modo particular de conectarse con la pintura sin salirse de ella.