Nota publicada online
El diseñador argentino Cristián Mohaded presenta en el Museo Nacional de Arte Decorativo en Buenos Aires con curaduría de Wustavo Quiroga, más de 20 piezas de autor producidas especialmente para esta muestra que se caracterizan por la combinación de técnicas expertas, materias primas y la fusión de aspectos históricos y contemporáneos del diseño. Para ello trabajó con maestros artesanos en el uso de materiales propios de las distintas regiones de Argentina.
La muestra puede visitarse hasta el 6 de marzo de 2022.
En marzo de 2017 Cristian Mohaded (Recreo, Catamarca, 1980) inauguraba en la Galería Praxis su primera muestra individual, que llamó Objetos embrionarios. Hoy, apenas cuatro años después, deslumbra en el Museo Nacional de Arte Decorativo con Territorio híbrido, una exhibición de gran escala que interviene fuertemente el espacio neoclásico francés del Palacio Errázuriz Alvear y que su curador, Wustavo Quiroga, considera “una de las muestras más importantes que tiene el diseño argentino en la contemporaneidad”. Es que el trabajo de Mohaded toma la historia pero simultáneamente piensa el presente, establece pautas para pensar el diseño argentino y nuestros vínculos con los objetos hacia el futuro. Su propuesta es poderosa no sólo en lo estético, sino también, y sobre todo, en lo conceptual. Los objetos escultóricos, sillones, mesas, sillas, lámparas, alfombras, jarrones, mates, candelabros, biombos y otras piezas en los que Mohaded trabajó durante dos años con la colaboración de artesanos y otros diseñadores y artistas de distintas regiones del país y del exterior son más que un conjunto de extrema sensibilidad y belleza: buscan configurar una versión de la Argentina a través de la diversidad de su territorio, de la expresividad de sus materiales, de la puesta en valor del trabajo de sus artesanos y oficios olvidados, y del diálogo con lo europeo.
La hibridez a la que alude el título de la muestra se anuncia con toda claridad al espectador cuando ingresa en el Gran Hall del museo y se encuentra con “Campo de Torres”, instalación inmersiva de una decena de columnas monumentales que se elevan en la majestuosidad del espacio donde cuelgan grandes arañas de bronce, tapices flamencos, pinturas góticas y renacentistas. Las torres están compuestas por casi 90 piezas que demandaron 6 meses de trabajo con simbol, una fibra vegetal de un yuyo que crece en la parte desértica de los Valles Calchaquíes en Catamarca. “Me acerqué al simbol como material hace más de 10 años con el catamarqueño Lorenzo Reyes y su trabajo de cestería -explica Mohaded-, que para mí es casi un ídolo. Es muy importante visibilizar su trabajo, dialogar con personas como él que dedican su vida a esto. Con estos trabajos tuve el honor de representar este año a la Argentina en la Bienal de Diseño de Londres”.
El recorrido sigue en el Salón Comedor con la ambientación “Especies Híbridas”, compuesta por una amplia producción de muebles, objetos, piezas textiles y luminarias con un estilo que evoca el art déco desde una mirada criolla. Como en el caso anterior, los diseños de Mohaded se articulan con materiales y artesanos de distintos lugares de la Argentina. El equipamiento para esta sala luce materiales de ocho provincias. Se distinguen particularmente dos sillones realizados por Mohaded con madera del norte argentino en contrapunto con el sillón “Elephant” que en la década del 30 diseñó para el hotel Llao Llao de Bariloche el interiorista Jean Michel Frank y que en algún momento se vendió al exterior.
Sobre esos sillones y las piezas que los acompañan en la ambientación explica Wustavo Quiroga: “Estos que se ven acá son proyectos realizados en diferentes lugares de la Argentina, ensamblados en Buenos Aires y puestos acá en escena. Son parte también de una especie de escenografía, de un site specific que recrea una especie de aristocracia pero pensando otra vez y de manera muy fuerte el estilo argentino”.
El conjunto se completa con “Toribio y Alcira”, dos sillas-trono hechas con madera de algarrobo con las que Mohaded homenajea a sus abuelos; “Federal”, gran sillón sostenido por dos piedras de granito boreal que rescata el lenguaje de las fachadas art déco frecuente en muchos pueblos del norte argentino; “Arco”, una alfombra que también recupera las guardas geométricas del art déco en la que también se cruzan lo artesanal y lo industrial (fue producida en Buenos Aires por El Espartano); “Tala Huasi”, un biombo con seis paneles de mica extraída hace 30 años en la localidad de ese nombre, en la zona de Punilla, Córdoba; “Cabria”, grupo de siete candelabros compuestos por módulos superpuestos, piezas de cerámica modulares rematadas con un disco de ónix blanco, diseñados en colaboración con el ceramista Santiago Lena, de Chubut; dos mesas bajas que parecen flotar a centímetros del piso, llamadas “Yacaré”, trabajadas con la misma técnica artesanal de los dos tronos; sobre esos yacarés hay dos jarrones llamados “Hermanos” que -como en el caso de los abuelos- aluden, por la forma en que están ensamblados y unidos, a cuestiones personales y afectivas del artista; también hay mesas de granito boreal y una bellísima biblioteca de madera y piedra inspirada en el Kavanagh. Junto a esa ambientación se exhiben sobre la pared dos alfombras tejidas en un antigua fábrica de Catamarca que, con el nombre “Pétalos”, recupera simbólicamente, transferida al textil, la veta de la rodocrosita, piedra nacional abundante en Catamarca que en los 90 casi desapareció por la sobreexplotación minera.
Cristián Mohaded trabaja a nivel internacional como diseñador independiente, ha ganado varios premios y participado en numerosas ferias y exposiciones nacionales e internacionales. Sus obras fueron incorporadas a la colección permanente del Philadelphia Museum of Art; en el Musée Les Arts Décoratifs de París y es uno de los jóvenes líderes del diseño latinoamericano. Sin embargo, se emociona y se le quiebra la voz cuando habla de las personas, historias y afectos que se cruzan en esta primera muestra individual en un museo nacional. “Transmitir en esta muestra todo lo que vengo trabajando hace 15 años, cuando me recibí, fue un desafío. Creo en la posibilidad de entender a la Argentina sin fronteras, una Argentina mucho más abierta, más federal, más inclusiva si se quiere. Por eso la palabra territorio aparece como primer eslabón de esto. Y ahí entra la propuesta de una hibridación porque se empezaron a amalgamar muchas personas, muchos materiales, muchos componentes”.
La anteúltima sala -antes del final, “Bitácora de viaje”, un espacio donde se puede ver el detrás de escena, el proceso que muestra las colaboraciones múltiples que tuvo la exposición, pruebas de materiales, diferentes etapas de producción, descartes y articulaciones con artesanos e industrias- presenta “El Encuentro”, una colección de mates de calabaza y plata realizados por artistas y diseñadores invitados por Mohaded: además del mismo mismo Cristian, los brasileños Fernando y Humberto Campana; Pablo Reinoso, de Argentina; Marina Molinelli Wells y Celina Saubidet, también argentinas, y Roberto Sironi, de Italia.
“Cada pieza exhibida refiere a las historias, a lo que hay detrás de cada objeto. Yo diría que esta no es una muestra explícitamente de diseño -afirma el curador Quiroga-, es una muestra que utiliza el diseño como una excusa para hablar de política, de identidad, de tradiciones, de costumbres. Y un poco esta puesta en escena entre este palacio aristocrático y el estilo europeo marca lo que es para nosotros el buen diseño. Estas piezas que vienen a romper un poco con esto, pero al mismo tiempo a dialogar, son una declaración de intereses, una declaración de identidad donde esta Argentina federal e inclusiva narrada y contada a través de la obra de Cristian se pone en el centro”.
Territorio Híbrido puede visitarse con entrada gratuita, hasta el 6 de marzo próximo en el Museo de Arte Decorativo, Avenida Del Libertador 1902, CABA, de martes a domingos entre las 13 y 19 con reserva previa.