Nota publicada online
Sus abstracciones geométricas llegan al MACLA
Durante mucho tiempo el concepto de territorialidad se relacionó, de forma prioritaria cuando no exclusiva, con los aspectos referentes a la posibilidad de subsistencia física. Se pensaba que una población se estabilizaba en un espacio determinado cuando alcanzaba ciertas cotas de crecimiento demográfico que amenazaban con superar los recursos alimenticios del medio ocupado. Pero la necesidad de apropiación espacial tiene también otro tipo de connotaciones relacionadas a otro tipo de supervivencia.
En este sentido Clarisa avanza sobre el territorio de la obra, con la misma vehemencia; y es así que transforma el espacio con el color y el volumen sutil que incorpora.
Esta intervención implica una apropiación de los elementos que se expresan estéticamente en todas y cada una de sus producciones.
El territorio que se habita se articula en un universo conceptual que conformará estas "geografías míticas"; aparecen el delante y detrás, no como sensaciones, sino como situaciones estéticas. Estas geografías tienen su enclave en las primeras formas de manifestación religiosa, donde el espacio deja de ser neutro, se complejiza, se multiplica y se resignifica permanentemente. El territorio entonces se transforma en expresión simbólica.
Pensar la obra de Clarisa en sus dimensiones utópicas y en sus vectores estéticos nos induce a entender la necesidad de comprender el arte como ofrenda, como mediador de lo visible y ejemplificador de lo indecible.
Invitadas por la Dra. María de las Mercedes Reitano, Directora MACLA, el Museo platense presenta durante el mes de julio, obras de Clarisa Cassiau y Carolina Ceverizo