Más de 130.000 personas ya vieron la imperdible muestra Caravaggio y sus seguidores en el Museo Nacional de Bellas Artes, que finaliza el próximo sábado. Es imperdible por varios motivos. Caravaggio es el gran artista del barroco italiano, de enorme influencia en la historia de la pintura. Su nombre completo era Michelangelo Merisi de Caravaggio y había nacido en 1571, en Milán.

Frente a sus obras, no es posible la indiferencia por la atracción que ejercen. Su manera de pintar fue revolucionaria, señala la doctora Rossella Vodret, una de las principales especialistas en Caravaggio, quien concibió la presente exposición. Vodret, en el importante catálogo que acompaña la muestra, analiza las características de las composiciones del genial artista: “el sistema tomado de lo real, el formato ‘natural’ de las figuras muy similares al espectador, la escena representada absolutamente en primer plano, para comprometer emotivamente a quien observa, el fondo neutro u obscuro para concentrar toda la tensión sobre el tema representado, enfatizado por el haz de luz fuerte y directa proveniente de una fuente bien precisa y, sobre todo la acentuada dialéctica claroscural que hace ‘verdadera’, viva y vital toda la composición”.

En el renovado Pabellón de Exposiciones Temporarias del Museo Nacional de Bellas Artes se pueden apreciar siete de sus óleos:San Jerónimo escribiendo,San Francisco meditando, la célebreMedusa Murtola, San Juan Bautista que alimenta al cordero, Retrato del cardenal (Benedetto Giustiniani), San Genaro decapitado o Santo Agapito, y San Francisco meditando (copia de autor).

En su tiempo, Caravaggio fue admirado y se convirtió en uno de los pintores más famosos y solicitados de Roma. En dicha ciudad estuvo al servicio del poderoso cardenal Francesco Maria Del Monte, a través del cual se contactó con mecenas de la aristocracia romana. Pero no todo fue esplendor debido a su vida turbulenta de peleas, arrestos por portación no autorizada de armas y la acusación por asesinato, por la cual debió escapar de un lugar a otro. Estos desplazamientos, sin embargo, contribuyeron a la difusión de su obra.

Su estilo inconfundible cosechó en su época muchos seguidores que adoptaron su técnica. Se trata de los artistas conocidos como Caravaggistas, de quienes también se exhiben obras en la presente exposición. Entre ellos están Orazio Gentileschi -a quien Caravaggio consideró el mayor de sus seguidores-, Artemisia Gentileschi -hija de Orazio y una de las pocas mujeres artistas de la época-, Simon Vouet, Giovanni Baglione, Orazio Riminaldi, Mattia Preti, José de Ribera, Valentin de Boulogne, entre un total de catorce seguidores de quienes se exhiben obras.

La exposición fue curada por el profesor Giorgio Leone. Nunca antes se había realizado una muestra tan relevante sobre Caravaggio en América latina. Incluso, dos de sus obras salen por primera vez de Italia. Todas las pinturas expuestas provienen de importantes museos de Italia como la Galleria Nazionale d’ Arte Antica di Palazzo Barberini y la Galleria Borghese, ambas de Roma, y la Galleria degli Uffizi, de Florencia, entre otras, como también de colecciones privadas de Malta y Londres.

Esta exposición, que antes de llegar a nuestro país se exhibió en el Museo de Arte de San Pablo (MASP) y cuyo costo alcanzó los u$s 700.000, fue posible gracias al patrocinio de las empresas: Case IH, New Holland, Iveco Argentina y Fiat Auto Argentina y al apoyo de la Embajada de Italia -gestora de la iniciativa, la decisión del director del MNBA Guillermo Alonso y a su incondicional Asociación Amigos que colaboró con $600.000 para la puesta.

Caravaggio murió a los 39 años, en 1610, dejando un legado único para la historia del arte, una parte del cual se puede ver afortunadamente en Buenos Aires unos días más.

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Mas info

Museo Nacional de Bellas Artes. Primer piso.

De martes a viernes, de 12,30 a 20,30. Sábado y domingo de 9,30 a 20,30.

Lunes cerrado. Entrada libre y gratuita.

Hasta el 15 de diciembre