Nota publicada online

lunes 22 de septiembre, 2014
Charly Nijensohn
Estado de emergencia
Costa Peuser, Marcela
por Marcela Costa Peuser
Charly Nijensohn

En el renovado Espacio Fundación Telefónica Charly Nijensohn presenta Estado de emergencia, un conjunto de tres videoinstalaciones en las que trabajó en colaboración con Juan Pablo Ferlat, Teresa Pereda, Edgardo Rudnitzky y las comunidades originarias de cada lugar. 

FOTOS: Juan Pablo Ferlat.

Oscuridad y silencio, propicias para la introspección- sólo hasta que comienza la función-, es la experiencia de cine expandido que nos propone Charly Nijenshon en Fundación Telefónica. Simultáneamente doce inmensas pantallas se encienden a nuestro alrededor y nos sumergen en una vivencia absolutamente hipnótica en la que desfilan, de manera calma y placentera, escenas totalmente alejadas de nuestra realidad cotidiana, pero posibles. Insólitas pero creíbles. Escenas en las que el hombre es el centro; el hombre rodeado por la naturaleza extrema: intimidante e imponente. Agua y cielo que se unen en su propio reflejo, un antiguo bosque inundado o las profundas grietas de los hielos continentales, y allí siempre el hombre: transitando ese límite desdibujado que supo ser horizonte, navegando a la deriva u observando desde la noche de los tiempos.

Estas tres vídeoinstalaciones de Nijensohn: “El naufragio de los hombres”, “Dead Forest Storm” y “El éxodo de los olvidados”, si bien proponen un lento transcurrir de las imágenes, generan una tensión dramática que va en aumento hasta penetrar profundamente en nuestra conciencia y revelarnos el estado de emergencia en el que estamos inmersos, aún sin saberlo.

 

Charly Nijensohn (1966) se formó en las artes escénicas en plena época de ebullición generalizada post dictadura militar, con apenas 18 años y, deslumbrado por la estética vibrante de banda de rock de “La Fura dels Baus”, formó parte de La Negra, Organización Negra y Ar Detroy, grupos performáticos que actuaron en lugares como “Cemento” y realizaban intervenciones en la vía pública. El Moma compró en 1992 los derechos de reproducción de uno de sus videos, filmado en el 90 para un programa de las nuevas corrientes audiovisuales latinoamericanas, que se estrenó en el reina Sofía y mas tarde en el propio Moma. En el 2001, gracias a una beca de Antorchas, viajó a Berlín donde aún reside con su familia. Siempre se consideró fuera del sistema y si bien no lo representa ninguna galería, vende personalmente a coleccionistas obras antes de realizarlas.

En sus proyectos performáticos trabaja con las comunidades originarias del lugar; necesita que tengan sus raíces hundidas en la tierra y permanece el tiempo que sea necesario para poder conectarse energéticamente con la magia que se produce cuando se establece el vínculo.

     

Charly Nijensohn es un conquistador de lo inconquistable que siempre escribe el mismo libro: hombres solos en paisajes extremos. Tiene mucho de poeta y, como él mismo se define, algo de asesino serial. Nada en sus proyectos está librado al azar. Se siente un extranjero en todas partes, no tiene bandera, pero siente que América es su casa. Cree en el hombre, defiende sistemáticamente el planteo estético de cómo quiere vivir, y es feliz.

 

El naufragio de los hombres (2008)

Conoció el salar de Uyuni en Bolivia por Lucio Boschi, que tiene su museo de fotografía contemporánea en Tilcara. Llegó allí en temporada de lluvia a bordo de un Douglas de la segunda guerra mundial para filmar a 3.000 metros de altura y se vinculó con la comunidad Aimara que viven de la sal a pocos kilómetros de Uyuni.

Dead Forest Storm (2009)

Lo cautivó el paisaje trágico de los bosques inundados por el lago artificial mas grande de Latinoamérica nacido como resultado del embalce del río Uatumã para construir la represa hidroeléctrica de Balbina; con la excusa de dar energía a Manaos las tribus originarias quedaron desplazadas de su territorio ancestral, hoy inundado.

 

El éxodo de los olvidados (2011)

Se filmó en un campo de grietas en los hielos continentales de El Chaltén en el sur de la Patagonia donde permanecieron durante tres semanas. Un equipo de rescatistas los ubicaba y no podían moverse hasta que los rescataban 6 horas mas tarde.

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