Nota publicada online
El mes de diciembre cierra un ciclo para dar lugar a un nacimiento: es época de la Navidad y del Año Nuevo. Celebremos lo obtenido a lo largo del 2011 y abramos las puertas a lo nuevo que está por llegar.
Celebremos el arte, que es la expresión más elevada del ser humano; aquello que nos conecta con nuestra esencia, con lo estético y elevado, con nuestro ser espiritual.
Celebremos la repercusión que este año ha tenido el arte contemporáneo argentino, con Adrián Villar Rojas en la Bienal de Venecia y su arribo a Tokio y el Pompidou.
Celebremos a nuestros museos, que siguen siendo noticia y esto es una gran noticia. Nuestro Museo mayor re-estrena su Pabellón de Exposiciones Temporarias; una sala de 1.000 metros cuadrados con condiciones museológicas acordes a las necesidades de estos tiempos.
Celebremos a los nuevos museos del interior que albergan excelentes colecciones, preparados para recibir muestras de calidad internacional y que posibilitan la circulación de obras de nuestros artistas a lo largo y ancho de todo el territorio: el Museo Nacional de Bellas Artes de Neuquén, el de Arte Contemporáneo de Salta, el Caraffa en Córdoba, el Centro Cultural del Bicentenario en Santiago del Estero, el Centro Cultural La Nave en Mendoza y ahora el Museo Rawson en San Juan, son claros ejemplos de decisión política, capacidad de gestión, planificación e inversión al servicio de la cultura. Tenemos un país unitario con cultura federal.
Celebremos también a sus Asociaciones de Amigos, representados por Fadam, esa red de voluntarios -presidida actualmente por Susy de Bary-, que vela por nuestros museos y permite conservar las salas, concretar programas de exposiciones y muchas veces restaurar sus obras. Una red que ya ha alcanzado más de cien asociaciones federadas y que cuenta desde su inicio, en 1982, con la generosa y comprometida guía de Nelly Arrieta de Blaquier.
Celebremos la tecnología y la comunicación, que nos siguen sorprendiendo con sus avances revolucionarios, con sus imágenes novedosas, con sus voces estimulantes, que desafían nuestra visión habitual del espacio y del tiempo. Todo puede estar aquí y ahora, disponible y a nuestro alcance; a un click de distancia, sobre todo, si hablamos de arte.
Celebremos las nuevas herramientas tecnológicas como el Art Phone, el nuevo GPS del arte, que nos orienta -desde la pantalla de un teléfono celular- para conocer y visitar los museos de la Ciudad de Buenos Aires, sus innumerables muestras, las exhibiciones en las galerías de los distintos barrios, sus artistas y sus obras.
Celebremos a los jóvenes artistas, como Gabriel Baggio -Premio Klemm 2010- quien rescata sus raíces, las reelabora, las transforma y las sintoniza con nuestra actualidad, construyendo así una memoria tanto personal como colectiva. Elegimos su obra para ilustrar la presente edición porque trasmite ese espíritu festivo de la Navidad; es fresco, lúdico y vital.
Celebremos todo lo nuevo que está por llegar, todo aquello que se está gestando, producto de la continuidad de un proceso y de la experiencia en el campo del arte y la comunicación. Finalmente, celebremos la vida y brindemos por ella, pues la vida es siempre el comienzo de algo nuevo.