Nota publicada online
Carola Zech presentó su libro en el Museo Nacional de Bellas Artes y ahora una muestra en Jorge Mara La Rouche, que reúne su trabajos recientes
El color, el espacio y la forma son los ejes principales alrededor de los cuales gira la obra de Carola Zech (1962), una obra marcadamente contemporánea que se abre a un nuevo e infinito mundo de interrelaciones y cuyo magnetismo podemos comprobar, tanto desde lo visual como desde lo constructivo.
Zech se zambulle de manera contundente en la tradición de la abstracción geométrica; prefiere el impacto visual del color y la forma constructiva a la expresividad del trazo. Las formas elegidas son el punto y la línea.
En la muestra que presenta en la Galería Galería Jorge Mara – La Ruche, hasta el 14 de octubre, predomina el círculo. Círculos que se repiten, cambian de tamaño, se superponen, se desplazan, generando un inestable equilibrio que sólo se mantiene por la acción del color (desde lo visual) y por el imán (desde lo técnico).
Es una obra absolutamente original que lleva su marca. Una de sus principales características es el carácter industrial de los materiales; utiliza como soporte el metal que colorea con pintura bi y tricapa para autos; ella misma prepara los colores y es justamente allí, donde la obra se vuelve sensible. Explícitamente busca la iridiscencia para representar lo magnético de una sensación. Un magnetismo que permite infinitas interacciones y relaciones.
Acaba de editar un libro que documenta de sus últimos 10 años de trabajo, “una etapa especialmente intensa como rigurosa”, tal como la califica la propia artista. En él se incluyen, además de las obras y exposiciones realizadas en este tiempo, apuntes de su cuaderno con la intensión de dar cuenta de materialidades, sistemas constructivos, conceptos y procesos que surgen mientras trabaja en el taller.
Imperdibles los dos; libro y exposición.