Nota publicada online
De paraísos y fotografías. De esto se trata la actual muestra que se exhibe en el espacio de arte de Miranda Bosch.
Entrar a la galería obliga a atravesar el “Paraíso Artificial” de Fernando Brizuela y Miguel Sigüenza -pintor uno y ceramista el otro- en donde la exuberancia de la naturaleza puede seducir y envenenar.
Como sostiene Clara Ríos en el texto que acompaña la muestra, Baudelaire sea quizás el más claro de este conjunto de artistas al demostrar el hastío y las contradicciones de su tiempo. Un siglo y medio lo separa de Manuel Sigüenza y Fernando Brizuela, pero sus tensiones, así como las excursiones que proponen, los coloca en una línea temporal directa. Mismas batalles, distintos tiempos.
Se observa en sus trabajos una fuerte disonancia, generan una inquietud en el lector/espectador y engañan las primeras impresiones. La tensión entre forma y contenido se vuelve evidente a medida que el observador se acerca. En Brizuela, sus motivos comprometedores se esconden detrás de una composición lúdica; en Sigüenza, el origen y final de sus trabajos se ven disimulados detrás de ornamentos distorsionados.
En el primer piso la protagonista es la fotografía, pero no precisamente la fotografía tradicional. En las fotos de Bruno Dubner y Clara Tomasini -que componen la muestra “Revenants” (Los que vuelven)- se advierte cierta inestabilidad dinámica.
En ambos casos los trabajos surgen de experimentaciones con la luz y la química fotográfica donde se abandona el control sobre el resultado final de la imagen. Dubner trabaja exponiendo de forma directa material fotosensible y que, al ser revelado, crea composiciones imprevisibles. En las obras de Tomasini las siluetas que aparecen son producto de hojas apoyadas contra el papel. La humedad de la planta y la luz del ambiente revelan imágenes evanescentes que seguirán mutando con el tiempo.
Como sostiene Laura Hakel, curadora de la muestra, ambos artistas recurren a papeles velados, a errores de laboratorio y a accidentes fotográficos: vuelven de forma experimental a caminar sobre los pasos de la lógica de su medio. Son trabajos que liberan a las imágenes de las exigencias de la representación para dejar que vaguen libremente como entes o fantasmas independientes de las formas.