Nota publicada online
Bordadoras en el Museo, un proyecto de trabajo colectivo que desarrolla un grupo de mujeres en las salas del Museo Evita - Palacio Ferreyra de la Ciudad de Córdoba, hoy exhiben sus obras en la Casa de Córdoba de la Ciudad de Buenos Aires.
Ellas bordan; todos los sábados. Lo hacen desde hace seis años en las salas del Museo Evita del Palacio Ferreyra, sin faltar nunca a la cita; “si alguna no viene nos preocupamos y la llamamos”. Puntada a puntada, han bordado kilómetros de anécdotas y de historias de vida, se perciben parte de este entramado y sienten que éste, “su museo”, es su lugar. Todas son mujeres de bajos recursos que trabajan dentro y fuera de sus casas, mujeres socialmente vulnerables pero, cada una de ellas, el día sábado encuentran “su momento” y nada ni nadie las va a disuadir de no ir a bordar.
Ellas son: Micaela Albrecht, Andrea Arossa, Ana Bottazzi, Alison Bustos, Titi Capdevila, Valeria Corzo, Roxana Cuello, Mariana del Val, Edis Gelabert, Lidia Del Valle Gómez, María del Carmen González, Sabrina Guidugli, Adela Hazarían , Constanza Molina, Vanina Quinteros, Itatí Rojas, Laura Rosales, Inés Sandoval, Orfilia Tolosa, Andrea Videla, Lorena Videla, Sabina Zamudio. Mujeres que van de 17 a 80 años, madres, hijas, hermanas, todas comprometidas y felices con esta oportunidad para el intercambio de saberes.
¿Cómo se inició el proyecto?
Titi Capdevila, una de las pioneras, confiesa que el proyecto surgió a partir de una biblioteca que Mariana del Val organizó en un barrio. Las mujeres llevaban a sus hijos pero no tenían qué hacer. Una de ellas, comentó que cosía los tarjes para las murgas de carnaval con lentejuelas y todas quisieron aprender. Así fue cómo surgió la posibilidad de instalarse a bordar en las salas del museo. “Yo no sabía ni bordar ni coser un botón. Ahora cada una le enseña a la otra su técnica. Somos una gran familia; bordamos y nos contamos cosas, tomamos mate y nos da mucha felicidad. Bordar te despeja la mente y te conecta con vos misma” cuenta Titi. Un sábado Lorena Videla llevó a su hijo al museo se encontró con el grupo de bordadoras, “Mariana se acercó y me preguntó si quería participar, le tomé la palabra y desde entonces no falté ni un sábado.” Hoy también son parte del grupo su mamá, su hermana y su sobrina.
Para Mariana del Val, directora del Museo Evita y parte activa del grupo de bordadoras, “el museo que es un espacio de legitimación y exhibición de obras de arte, se transforma así en un espacio de encuentro de todos los sectores socio culturales. Ellas eligen la temática que bordarán, se hacen debates con psicólogos y antropólogos para luego simbolizar la problemática en su producción textil.”
“En pandemia bordamos el CAOS y el DESEO”, cuentan entusiasmadas las bordadoras. Y nunca dejaron de bordar; una de ellas les enseñó a conectarse por zoom y siguieron con su tarea sabatina. Incluso cuando una de ellas estuvo internada por Covid19, entusiasmó a otras mujeres a adoptar esta práctica.
Bordamos para que se cumpla
Durante el año 2021, trabajaron sobre el deseo. Los bordados fueron el medio y el fin de múltiples expresiones de anhelos que compartieron como grupo durante la pandemia. “Bordamos nuestros deseos para que se cumplan”. En el marco de este proyecto, intercambiaron sus deseos con las mujeres que forman parte del colectivo El Enredo, un espacio de la ONG Mujeres Tras las Rejas y que lleva a cabo un trabajo con mujeres privadas de su libertad en la ciudad de Rosario. El intercambio consistió en bordar el deseo de otra mujer: Cada una de las integrantes de Bordadoras escribieron un deseo y se los compartieron a estas mujeres privadas de su libertad quienes, a su vez, escribieron y nos enviaron los suyos. Con cada uno de esos deseos se bordaron y son realmente conmovedores.
Bordar Evita
Conocieron “La razón de mi vida”, de Eva Duarte y, a partir de allí, surgió este proyecto. Cada una eligió una frase y la bordó. Desde Bordadoras “bordamos para recordar, bordamos para mantener la memoria”, y sostenemos la práctica artística del encuentro como práctica política. Cada una de las piezas de Bordar Evita señala, recuerda, indica, revela la traza colectiva que subyace en los deseos personales. “yo le estoy muy agradecida porque Evita dio herramientas, no repartió planes ni plata sino que les dio el medio para trabajar”, señana Lorena Videla.
“Las Bordadoras del Museo”, son mujeres que bordan sus sueños, transmiten sus experiencias, comparten sus saberes y luchan por un futuro mejor. Celebremos este proyecto artístico comprometido con procesos inclusivos, participativos y de construcción comunitaria, tan necesario para la dura realidad que atravesamos. El arte es el camino: es sanador, transformador y capaz de vencer las murallas más altas.