Nota publicada online
Jacopo Crivelli Visconti -curador de la 34ª Bienal de San Pablo- nos visitó para compartir algunas de las estrategias de la próxima bienal 2020.
“No hay aun nombres o detalles específicos, pero si un conjunto de parámetros metodológicos y filosóficos de puntos de referencia que definen hacia dónde estamos yendo”.
La presentación se realizó en el Palacio San Martín a cargo del Director de Asuntos Culturales Sergio Baur ante la presencia de curadores, prensa y algunos miembros de la comisión asesora cultural de Cancillería Argentina como Adriana Rosenberg, Laura Malosetti Costa y Esteban Tedesco.
El proyecto curatorial de Crivelli Visconti fue seleccionado ya que contemplaba la idea de una Bienal para la ciudad de San Pablo que se expandiera en el tiempo y en el espacio, coincidente con el pensamiento de la presidencia de la Bienal.
El equipo curatorial esta compuesto por el curador adjunto Paulo Miyada (Bra), y los curadores invitados Carla Zaccagnini (Arg.) , Francesco Stocchi (It.) y Ruth Estévez (Esp.). Una característica que comparten los curadores -a excepción de Paulo Miyada quien reside en su país de origen- es que nacieron y residieron en diferentes lugares. Esta condición es importante para Jacopo Crivelli Visconti, ya que uno de los ejes de la Bienal, esta vinculado a la multiplicidad de relaciones basadas en el concepto de opacidad-el encuentro con el otro como adición- desarrollado por Édouard Glissant. Quien es una referencia filosófica importante para el equipo. Su pensamiento habla de creolización: “una puesta en estado y una puesta en conciencia, siempre en movimiento, de vinculaciones, en y con el mundo” (Glissant, 2008, p. 74). Y así Jacopo Crivelli Visconti nos explica “La bienal quiere enfatizar en cómo las relaciones son el punto de partida fundamental para leer un trabajo de una manera especifica.”
Al pensamiento de Édouard Glissant suman el trabajo del antropólogo brasileño Eduardo Viveiros de Castro quien estudió la cosmogonía de las comunidades del Amazonias y el Mato Grosso, y su investigación habla sobre el perspectivismo -ver el mundo descentrado de la mirada del hombre “diferentes especies de sujetos o personas, humanas y no-humanas, que lo aprehenden desde puntos de vista distintos” (Viveiros de Castro,1996, p. 37), donde todo pareciera estar en transformación constante.
Estas referencias de pensamientos responden a la situación política y social mundial. Hay un cerramiento hacia la otredad, contrario a lo que Jacopo Crivelli Visconti interpreta como importante para una bienal que debe tener aperturas hacia al otro y generar diferentes relaciones.
“Como puede responder el arte a todo esto que estamos viviendo: como reflexión con una idea de diálogo que no esta en la agenda del orden social y político, preservando el espacio del arte como un lugar con autonomía sin respuestas literales. Estamos acostumbrados a ver obras que responden muy directamente a lo que sucede, no queremos ese tipo de ideas.” Y plantea una observación sobre el algoritmo ¿como aun no hemos salido a batallar contra esta situación que el algoritmo te empareja con el que piensa igual a uno? “seguramente habrá artistas que estén trabajando sobre esta temática”.
Para que sea posible esta expansión en tiempo y espacio, se constituyó una red con instituciones culturales mas allá del pabellón principal para lograr representar también todo el entramado cultural de San Pablo. Donde en algunos casos la programación de la institución se vuelve parte de la Bienal -como es el caso de la Pinacoteca de Sao Paulo-o se trabaja en equipo y se construye lo que sucederá en ese lugar como es el caso de Tiradentes -un municipio ubicado en la periferia-, que representa todo un desafío para Jacopo Crivelli Visconti, ya que querría ubicar allí a la obra mas destacada de la Bienal, siempre respetando la opacidad de dicha comunidad. Esta relación de profundidad se irá construyendo en transcurrir del tiempo.
No hay un tema elegido, se construye a través de relaciones que fluyen en la selección de artistas “el desafío era trabajar sin un tema y que cada uno de los curadores propongan una lista de artistas. Y a partir de los artistas van surgiendo los temas. Una manera distinta de trabajar”.
En cuanto a la arquitectura de la Bienal, se está trabajando sobre el pabellón principal, de forma inversa; ya que generalmente se armaban las arquitecturas a partir de las obras de arte. Pero esta vez, se solicitaron tres propuestas que sugieran cambios a partir del edificio construido por Niemeyer con 30.000 m2 divididos en tres pisos, y no a partir de las obras.
Con cierta programación ya concreta, adelantó que a partir de febrero darán a conocer los nombres de los artistas seleccionados. Entre marzo y agosto del 2020 se realizarán tres exposiciones y tres performances fuera del pabellón principal. En total en la Bienal participarán aproximadamente cien artistas, de los cuales un tercio tendrán además de sus obras en el pabellón principal, muestras individuales entre las diferentes sedes de la red de instituciones. Este formato responde a la idea de multiplicidad de interrelaciones “alternar la visión sobre un artista de maneras distintas”.
El pabellón principal contará con obra mas histórica, habrá tres muestras de artistas mujeres con un perfil mas típico de bienal como legitimadora de lo emergente. En esta edición no es una condición para participar que los artistas presenten obra nueva. El foco está puesto sobre el público, un gran público general que gusta o se interesa por un evento cultural, teniendo en cuenta que las ultimas ediciones convocaron entre ochocientos mil y un millón de espectadores.
Respecto a la selección de los artistas argentinos, manifestó que su equipo curatorial conoce la escena local. Carla Zaccagnini es artista y argentina, mantiene contacto permanente con el campo artístico local. Ruth Estévez y Jacopo Crivelli Visconti miraron en ArteBA 2019. Jacopo fue curador del U-turn en dos oportunidades. Y en este último viaje por medio de PROA y el apoyo de Cancillería continuaron mirando diferentes trabajos. Tienen interés por artistas con carreras sólidas, pero además sus obras deben funcionar en el contexto. Y cree probable que dentro de los 30 seleccionados figure algún artista argentino.
“Expandirse en el tiempo y en el espacio, tiene la ambición de lograr ser intimista en las relaciones entre artistas."