Nota publicada online
Quizás uno de los aportes centrales del filósofo francés Paul Virilio, emergente conceptual de los años ochenta, haya estado centrado en la idea de que las transformaciones sociales aparecen sustentadas en la lógica del complejo militar-industrial. Allí guerra y tecnología se solidarizan para la producción de dispositivos que después van a relocalizarse fuera del ámbito bélico, encontrando funciones sociales más extendidas, como es el caso de internet.
Hay en las producciones que Bonadeo concibe para su muestra Bellico, una resonancia de esta idea, en donde además, lo bélico se desplaza al terreno de lo estético encontrando allí un sentido para lo bello.
La curadora Alma Ruiz sintetiza con precisión esta dinámica: “La transformación de objetos de uso bélico en objetos de empleo diario es paradigmática de las prioridades de los gobiernos y de cómo son asignados los fondos destinados a la investigación científica. Aquí Martín les da un giro más, utilizando teléfonos de varias épocas y estilos, en buenas condiciones o descompuestos y deshechos, que recicla y reconstituye en obras de arte en las cuales se requiere la participación del observador.”
El título de la muestra establece un espacio de reunión, en donde (Alexander Graham) Bell, quien patentara el teléfono en 1876, se mimetiza con lo bélico (de allí Bellico) y ambos polos se convierten en materia solidaria para la emergencia de una crítica configuración artística.
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Hasta el 17 de diciembre en Espacio Fundación Telefónica, Arenales 1540.