Nota publicada online
Se trata de un espacio muy concurrido que este año consiguió renovar el pacto con los visitantes debido a su amplitud de posibilidades: desde las editoriales consagradas al fotolibro y el table book, como las independientes, experimentadas en proponer cruces y romper barreras conceptuales agrupadas en la prestigiosa Feria Tijuana de arte impreso
La feria BAPhoto cumplió quince ediciones este año y su sector editorial es un proyecto combinado entre editoriales consagradas y sellos independientes, estos últimos agrupados a partir del exitoso plan de la Feria Tijuana, que tiene diez años de presencia continua en Buenos Aires.
La feria Tijuana es una de las puestas más internacionales consolidada desde hace veinticinco años con editoriales de Buenos Aires, La Plata, Montevideo, San Pablo, Belo Horizonte y Rio de Janeiro, explora metafóricamente la frontera donde el libro y la obra de arte se cruzan, proponiendo un recorrido que se consolida mediante un calendario de ferias de editoriales independientes. Tijuana nació en la galería paulista Vermelho y actualmente es dirigida por la brasilera Ana Luiza Fonseca. Hablamos con ella y nos definió estos ‘objetos hechos por artistas’ que “pueden ser una edición industrial con un concepto, o un libro que tiene bien presente la mano de un artista que pega foto a foto convirtiéndolo en un libro único, firmado y seriado.” Algunas piezas significativas de su histórico patrocinio se exhibían en un stand diseñado por el artista argentino Nicolás Robbio, autor también de la línea deconstruida de la frontera entre México y Estados Unidos que recorría la información textual. Ana Luiza trabajó en esta edición junto a Magui Testoni, la argentina que realiza cada año la Feria de arte impreso en el Museo Sívori, ambas resaltaron la elección de la obra de Robbio y el título de esta edición “algo que declarar” como pregunta, ya que son metáforas del trabajo de volver visibles otras formas de hacer circular y adquirir arte. Los más interesantes que vimos: Doble residenciacon las últimas fotos que se tomara Juan Carlos Romero usando distintas máscaras de múltiples culturas para hablar de las formas que nos hacen ser otros. El libro Último round de Julio Cortázar, que fuera publicado en 1969 por Siglo XXI Editores, la edición actual de 2011 toma dos volúmenes diferentes ensamblados en uno solo, permitiendo algo que los textos del gran escritor argentino admitían: mirar la realidad como juego lúdico desde distintos puntos de vista. También la secuela de Eloisa Cartonera, un programa en red con los recuperadores de cartón que nació en la crisis argentina y se fue diseminando en toda Latinoamérica: Dulcinéia Catadora Brasil, Sarita Cartonera Perú, YiYi Jambo Paraguay, Yerba Mala Bolivia, Animita Chile y La Cartonera México. Presentó al histórico artista brasilero Paulo Bruscky con Desvendar Mistérios una serie de fotos de floresta en blanco y negro.
En el stand de Lovelyhouse de Sao Pablo, Luciana Molisani y José Fujocka nos contaron que fue creada en 2018 ‘para avalar proyectos de artistas que de otro modo no entrarían en el circuito de compra’ de personas de menores ingresos. Vimos una serie muy interesante de obras artesanales: unas hechas con emulsión fotográfica sobre restos de herencias tejidas por familiares que conformaban unos objetos únicos. También la bellísima edición del joven artista brasilero Ivan Grilo, quien trabaja una mirada crítica sobre diferentes archivos con su obra Não me lembro bem, (no me acuerdo bien), un ejemplar hecho enteramente a mano, páginas de pasta de banano y papeles de mayor grosor que intercalaban, unas fotos impresas de manera tal que quedaban visibles pero debajo de otra fina capa de papel, junto a páginas blancas con unas frases en bajo relieves hechos en prensa litográfica. Era el libro más caro que tenían, pero si tomamos en consideración su producción manual y el nombre del artista, seguramente es una inversión accesible. Borogodó, otra editorial independiente liderada por la artista Rossana Di Munno, nos mostró su trabajo de impresiones con tapas artesanales, pero copias de fotos de gran calidad y colorido. Junto a pequeñas piezas de libros de artistas que nos introducen en un universo personal y único plagado de dibujos a mano alzada. De las nacionales, Noruco/ Rompo Todo y Punta Lara Ediciones con miradas puestas en los catálogos de imágenes y el uso de las marañas de palabras orientada a re interpretar usando los mecanismos de la poesía visual.
Desde Montevideo, Microutopías, toma el nombre y orienta su trabajo a partir del concepto de nuevas prácticas utópicas del diseñador John Wood: valorando la acción de publicar, además de acto creativo, como un ejercicio reflexivo y de activismo gráfico. Activa desde 2014, explora distintos formatos alternativos al libro tradicional, con proyectos impresos de diversas temáticas, en los que se invita a jugar a pensar, desde una mirada cotidiana, subjetiva y micro. Desde 2018 organizan la Feria de Arte Impreso de Montevideo. En el auditorio se presentaron algunos proyectos coordinados por Verónica Santalla, Tóxico, palabra del año 2018 de Microutopías y Libros e Lambes presentado por Livro Inventado de Río de Janeiro.
También presentaron en el auditorio a sala colmada, el Premio Fundación Larivière, que lo ganó Montarazde Martín Estol, es una edición que se intrinca como una caminata en el mismo paisaje selvático retratado. Argentinos de Marcos Zimmerman y La Visión Interior de Francisca López fueron presentados como nuevos títulos de Ediciones Larivière. Con una cuidada edición ambos, Larivière se luce en calidad de impresión junto al armado impecable de cada ejemplar, sino que abarca un amplio y selecto grupo de artistas argentinos que están haciendo cosas interesantes. Zimmerman con su alma de viajero recorriendo el país y López con un homenaje al maestro Bandi Binder a quien frecuentó, son retratos de los cartones donde se pegaba la foto, hecha obra mediante el uso de una cercanía a un elemento que lleva las marcas del tiempo y el trajín.
Por otra parte, Fundación ArteXarte Alfonso y Luz Castillo, que siempre tiene un espacio destacado y celebró los 20 años de ser pionera en la representación de fotografía contemporánea en Buenos Aires, tiene su programa editorial. Presentó el curioso libro La Mala Memoria. Diario de un fotógrafo de Daniel Merle y un lujoso tomo del artista que tenía la exhibición mayor en el stand: Ariel Ballester. Una poética de la catástrofe.
A juzgar por la actividad desplegada en los stands, el libro acompaña magníficamente a esta feria de fotografía.