Nota publicada online
La muestra de Benatar en la sala Prometeus del CCR excede el espacio de la fotografía, incluso el de la pintura, y avanza con éxito sobre el ámbito de las artes escénicas
La muestra de Benatar en la sala Prometeus del CCR excede el espacio de la fotografía, incluso el de la pintura, y avanza con éxito sobre el ámbito de las artes escénicas. Una escenografía que lleva a percibir el furor, la vehemencia y el arrebato que se adueñan de los carnavales y de la commedia dell´Arte. No por nada, el fotógrafo es, a su vez, dramaturgo. Esto le permite aplicar con destreza los principios de esta disciplina y manejar con habilidad el arte de la composición y la representación de modo simultáneo.
Con algunos dejos de los excesos románticos del barroco y del rococó, nos presenta su obra cargada de imágenes, colores, texturas, nos arrastra a un universo de éxtasis y embriaguez y nos incluye en la relación rítmica que componen los materiales.
Las imágenes parecen formar parte de una celebración misteriosa y autosuficiente que supera a la imagen fotografiada y en la que el artista logra inmiscuirse y registrar, silencioso y cauto.
Benatar propone un juego incesante de luces y sombras, pliegues y estiramientos que estallan en colores estridentes. Se trata de un carnaval furioso compuesto de texturas que se dilatan y contraen, que no dejan lugar al vacío, y que marcan caminos imposibles, artificiales y desordenados, que encuentra inevitable su desborde y que alcanza y que arrastra con furia a todo aquél que se aventure a presenciar su espectáculo.
Hasta el 4 de abril en el CCRecoleta (sala Prometeus), Junín 1930