Nota publicada online
Una singular muestra en Malba presenta 16 trabajos producidos entre 1993 y 2022 que recuperan prácticas textiles en la obra de diez artistas estrechamente vinculados con el Paraguay, cuya historia ha estado siempre atravesada por el tejido.
En el primer piso del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires se puede visitar Aó Episodios textiles de las artes visuales en el Paraguay. Una muestra que invita a conocer parte de la cultura y la historia paraguaya, y a tratar lo cotidiano y las raíces desde la trama de un tejido, de varios tejidos. ¿Cómo se construye la identidad común si no es en forma de red?
Con la curaduría de Lía Colombino, directora del Museo de Arte Indígena del Museo del Barro (Asunción, Paraguay), se presentan 16 trabajos realizados desde 1993 hasta hoy por diez artistas paraguayos o con una relación muy cercana con ese país. Félix Cardozo , Marcos Benítez , Claudia Casarino, Arnaldo Cristaldo , Feliciano Centurión, Ricardo Migliorisi , Mónica Millán , Osvaldo Salerno, Joaquín Sánchez y Karina Yaluk. El hilo conductor de la puesta es el arte tejido: Aó en el idioma guaraní es una palabra que abarca los distintos usos que un tejido puede tener: abrigo, ropa, decoración. ¿Cuánto pueden decirnos los tejidos sobre una cultura y la historia de un país?
La sala es amplia y el recorrido es circular, y por la disposición del espacio, se puede apreciar todo el conjunto de obras desde las esquinas y así notar la armonía en los colores, tan cálidos, calmos y sin estridencias: blancos, marrones, beiges, rojos, negros, algunos verdes. Los tonos naturales -creo- no son una casualidad, la tierra colorada, tan presente en el cotidiano del campo paraguayo, se cuela en la expresividad de estos artistas.
Trayendo la naturaleza a la sala y a escala real, las seis telas de techo a piso, que tendrán una altura aproximada de 3 metros, son los "Ao", los 'sudarios' de Marcos Benítez, que reproducen como un calco la trama de la corteza del tronco de árboles. Se puede ver el proceso de copiado en un registro en video. Además de la Naturaleza, la Mujer y el idioma Guaraní son temáticas centrales para comprender esta región y son tratadas por este conjunto de obras con sutileza pero también con fuerza.
Las diferentes caídas que tienen las telas, dependiendo si cuelgan del techo o si están contra una pared, o de lo apretado de su trama o del peso del material con el que están hechas, las transparencias y los juegos con la iluminación, todo ayuda a percibir una ilusión de movimiento. Como en Apyte Aó, la obra de Claudia Casarino, que me hizo pensar en una ronda de mujeres -¿Tejiendo? ¿Lavando ropa? ¿Bailando?- Es un círculo formado por telas, vestidos muy simples que cuelgan del techo y se entrelazan en el suelo, formando una especie de corona. La corona es una trenza de tela que va en la cabeza y sobre la que se coloca una canasta o una bolsa para transportar, por ejemplo, objetos para vender.
También de Casarino, vemos “Corollas”, un grupo de bolsas de arpillera para transportar mercadería intervenidas con delicados encajes, haciendo referencia también a este trabajo físico de transporte que llevan adelante las mujeres. La delicadeza es un atributo que se le asignó a este género históricamente, aunque en Paraguay se le suma la fortaleza y tenacidad. La mujer en Paraguay tuvo un rol protagónico en la reconstrucción del país después de la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870), en la que se aniquiló casi por completo a la población masculina.
Observando “Situación de Estudio: El vértigo de lo lento”, de Mónica Millán, me alegró descubrir reproducida en la tela a su maestra de bordado que vemos en la foto a su izquierda. También poniendo el foco en el rol de la mujer, en el conocimiento del bordado que se pasa de generación en generación y el quehacer cotidiano. Un tercer eje posible entre las obras es el orgullo por su cultura guaraní y su primera lengua, el idioma que prefieren antes que el castellano, aunque las políticas públicas insistan en la castellanización desde las instituciones y la educación. En este sentido, las telas de Osvaldo Salerno,"Wage die Stille", con una frase bordada y repetida del reconocido escritor Augusto Roa Bastos en espejo en español y guaraní, problematizan esta situación de exclusión institucional que sufren quienes solamente hablan este idioma.
El escudo nacional paraguayo bordado y desbordado en las telas negra y blanca de la serie Descalzado de Arnaldo Cristaldo, cuestiona la idea de identidad nacional patriótica de la actualidad. Al mismo tiempo, Joaquín Sánchez trabaja también con la nacionalidad en un sentido más de Estado moderno, presentando las banderas paraguaya y boliviana deshiladas y ovilladas.
La obra de la polémica de la muestra: “Si, quería”, también de Sánchez, es el vestido de novia con encaje ñanduti - que significa tejido de tela de araña- con un corazón rojo bordado, que fue criticado y denunciado por abuso animal ya que tenía arañas vivas. Las arañas fueron liberadas.
Tanto Feliciano Centurión como Félix Cardozo y Karina Yaluk parten del uso, de la utilidad de las prendas: el primero y el segundo desde la capacidad de abrigo: Centurión interviniendo frazadas industriales y Cardozo dándoles un sentido más de ritual y religioso, con una oración. Yaluk, por su parte, presenta un patchwork (pedazos de distintas telas unidas) cocidas e instaladas en el suelo, que son retazos de sedas o sábanas salpicadas con agallas (las branquias) de pescado y que emulan manchas de comida en un gran mantel.
Otro Patchwork aunque enorme, es “El gran manto”, la obra de Ricardo Migliorisi gana protagonismo en la sala por su gran tamaño. Formado por decenas de gobelinos que el artista fue consiguiendo en diferentes mercados de pulgas. En ellos fue bordando escritos propios traducidos a varios idiomas, lejanos y cercanos, incluyendo el braille. Este enorme trabajo fue unido y bordado por internas del penal de mujeres “El Buen Pastor”.
Aó se puede visitar hasta el 1 de agosto, es buena idea recorrerla primero y después continuar con el resto de las propuestas del Malba, ya que requiere un momento para entrar en la narrativa propuesta y observar la totalidad y los detalles con la cabeza fresca. Y, además, para meternos más en el universo del Paraguay, todos los viernes de junio a las 20 hs se puede ver el film “Eami” (2022), de la directora paraguaya Paz Encina.