Nota publicada online
La artista plástica Adriana Colombo Speroni (Adryc) inaugura "El despertar del color", en la Universidad de Belgrano una serie donde las siluetas emergen con fuerza, recostadas en el silencio de sus misteriosos universos abstractos.
El círculo es una de las más poderosas imágenes en la historia de la humanidad y está presente en miles de manifestaciones de la creación. El círculo es, según Yung, el símbolo religioso mas fuerte que existe. En latíncirculussignificacercoy tambiénredondo. El círculo, al no tener principio ni fin, es un símbolo de lo eterno y de lo absoluto. Para los cristianos es símbolo del cielo en relación a la tierra, de lo espiritual en relación a lo material y se lo vincula con la protección. El mismo significado tiene para el Budismo. Para la doctrina Zen el círculo significa iluminación y la perfección humana.
Para Adriana Colombo el círculo está íntimamente relacionado con un cambio radical en su vida. Formada como arquitecta en la Universidad de Belgrano, conoció desde muy temprano los conceptos de espacio y color y se interesó por la historia del arte. En su profesión se especializó en arquitectura industrial y luego de un Postgrado de Identidad Corporativa comenzó a trabajar con la idea del círculo.
Los maestros surgen cuando uno está preparado para recibirlos; así fue como en su camino aparecieron Ariel Mlynarzewicz, Ernesto Pesce y Jorge González Perrin. La pintura se convirtió en el nuevo eje de su vida y el color en el elemento que la conecta con la libertad y la creación.
El círculo representa la totalidad. Todo lo que está adentro de él es una sola cosa. Así el círculo se convierte en templo. Expresiva, matérica y vital, Adriana Colombo cuando pinta transita el círculo en la eterna búsqueda de ajustar el propio con el círculo universal. Y vuelve a la Universidad de Belgrano a exponerlos.