Nota publicada online
¿Qué es América? ¿Dónde está? En este recorte ficcional, América es narrada por Adriana Bustos desde la geopolítica de nuestros ríos, con curaduría de Eva Grinstein en el Museo Marco de La Boca
América. Una tierra poderosa y rica en recursos, descubierta por Cristóbal Colón y que lleva su nombre por Américo Vespucio quien, como hoy lo hace Adriana Bustos, cartografió este Nuevo Mundo hace tan sólo cinco siglos. Una América que expone sus heridas bajo la mirada sensible y crítica a la vez de la artista bahiense. Una fotografía instantánea contemporánea de una tierra que fuera conquistada, dominada y colonizada por cerca de tres siglos, que sufrió la muerte en masa de una enorme población originaria y aún hoy continúa desgarrada por la acción o (inacción) del hombre.
Para Adriana Bustos los mapas son un recurso natural en su producción desde el 2012; interesada en el relato histórico, en el origen, en esa fisuras y contradicciones del relato. Recordemos que en el 2020 resultó ganadora del Premio Azcuy con el proyecto Mundo imaginal, un mural desplegado en la totalidad del cielo raso del lobby que consiste en dos planisferios celestes y un mapa fluvial. La instalación recupera, en una operación de asociación subjetiva, la historia del barrio y la pone en relación con una diversidad de datos que construyen una narrativa histórica no lineal.
Este nuevo proyecto, tiene que ver con su propia búsqueda de hace varios años tiene que ver con la remisión histórica de la identidad americana colonial. “Para comprender el presente es necesario primero comprender el pasado”, afirma la artista. El título de la muestra, “América”, es en sí mismo un gesto político; un gesto de reapropiación lingüística y simbólica. Así como los norteamericanos hablan de América como propia, desde el sur del continente Bustos propicia una América para los sudamericanos.
La muestra que se exhibe en el Marco, con curaduría de Eva Grinstein, se caracteriza por su impecable minimalismo y, a la vez por el alto impacto de los recursos empleados. En la sala de la planta baja se exhibe un mapa de casi diez metros, “pero que podrían haber sido cien”, en el que con exquisitos dibujos, Bustos recorre, a través de los ríos del continente sudamericano, sus luces y sus sombras, su fauna autóctona y su fauna mutante -producto de la contaminación-, sus personajes políticos y sus diques que tanto influyen y que, en muchos casos, perturban el ecosistema natural y político.
Una cartografía que entrelaza los ríos Orinoco, el Amazonas la cuenca del Paraná y Río de la Plata hasta terminar en el Canal de Beagle en las Islas Malvinas en los que la artista dibuja los hechos históricos más relevantes. Ríos de sangre donde suceden los tráficos ilegales y también en cuyos márgenes se elevan las voces de algunas culturas que aún sobreviven para ser escuchados. También aparecen “las nuevas especies como la Oripa y la Tararira, especies que en realidad son producto de una mutación producto de la contaminación de las aguas.” Y, la aparición de la “Pejerreina”, una creación de la artista “la mujer del Pejerrey, una sirena de barro, un tanto monstruosa. La versión sudamericana de las sirenas medievales”, que se convirtió en ícono de la muestra.
En el primer piso del museo, una gran pantalla nos invita a navegar plácidamente por el arroyo Chimiray, uno de los brazos del Paraná, en Apóstoles, provincia de Misiones. Un arroyo preservado que la artista propone imaginando un contexto natural para esta sirena de río, su Pejerreina. Un personaje que nació durante su experiencia en la residencia en la Fundación Ama Amoedo, mientras trabajaba en las crónicas de los primeros adelantados.
La Pejerreina, esta mujer-pez de tamaño natural, amasada con arcilla que, lejos de ser una bella sirena cautivante, yace lastimosamente inerte. El murmullo del agua acariciando la costa selvática misionera llora por las monstruosidades que aún suceden en nuestra América contemporánea. Un sensible y comprometido llamado de atención de Adriana Bustos desde este lugar privilegiado que, amorosamente, llamamos arte.
