Nota publicada online
“Dos amigas y un sueño”. Estos son los términos que elige Olga Belfer-Solo a la hora de definir el espacio que comparte con Estela Pérez en punta del Este. Desde hace siete años, su espacio ha dado lugar a diferentes tendencias del arte y ha sido visitado por gran diversidad de personas de todo el mundo.
En 2010, este espacio dedicado a crear, participar, generar nuevas experiencias y disfrutar, arranca la temporada con interesantes propuestas para no perderse.
Durante el mes de enero, exponen sus obras los siguientes artistas: María Rosa Aiscar de Traini, Laura Andrés, María Armiento, Yamel Asef, Martha Bahia, Claudio Baldrich, Ester Olga Belfer, Vicky Benítez, Ines de Poligny, Valeria Fano, Tona Fernández, Viviana Flachsland, Carlos Ghio, Lilita Lacaste, Marcela Longhi, Eduardo Lubenfeld, Viviana Maccio, Andrea Marder, Cosme Adam Masulli, Carmen Perez Meyer, Jorge Riva, Diego Shäfer, Carina Sukaczer, Marola Torres, Chilo Tulissi y Mónica Ubiría.
Todos estos artistas estarán durante todo el verano exponiendo permanentemente y tendrán además su semana donde serán destacados con todos sus trabajos. Según el heterogéneo cronograma de este espacio, durante la primera semana del año se exhiben obras de Claudio Baldrich, Laura Andrés, Carina Sukaczer y Tona Fernández.
Según Diana Castelar, “con una sensible disposición de los volúmenes en el espacio y una modulada alternancia de colores cálidos y fríos, Carina Sukaczer propone realizaciones donde se alternan ritmos estáticos y dinámicos hasta configurar atractivas imágenes”. La artista “muestra en su obra un acertado contrapunto entre lo espontáneo y lo razonado, guiada por una búsqueda personal.”
Por otra parte, en las obras de Tona Fernández, “las formas van surgiendo y organizándose con espontaneidad a través de un rico cromatismo, hacer y sentir en sincronía, aceptar la proporción de azar y dialogar con ella. Inquietud, indefinición, sugerencia y una mágica sensación de misterio, hacen que Tona Fernández nos presente sin representar un mundo interno dónde aparecen en una continua metamorfosis una niñez y una juventud vividas en un tiempo y en un lugar llamado Salta”, según ha señalado la artista Helena Distéfano.