Revista Barcos Magazine, Pág 52/53
El miércoles 21 pasado visité el “XL Salón Nacional de Pintores Marinistas” en el Centro Naval y tomé nota de teléfonos y mails de algunos de los expositores. Hoy visité a quien obtuvo el segundo premio, con su obra “Fortuna III”. Elegí reunirme con ella pues además de ser una eximia artista, y su obra así lo demuestra, es una pintora “marinista”. En el número anterior de “Barcos” en la serie “Pintores del mar” se presentó a Justo M. Lynch, pintor argentino que también corresponde a esta calificación. Los pintores marinistas son aquellos que tienen la capacidad y condiciones para abordar este gé- nero con la base de genuinos conocimientos técnicos y el temperamento marino o náutico que no todos llevan consigo. No me equivoqué y hoy conocí la obra de una especial pintora marinista, María Susana Uzal. La Sra. Uzal me recibió en su casa de Beccar, una casa muy particular, diseñada por ella misma y que muestra sin vacilación toda su vida profesional, pictórica y náutica. La calidez de María Susana nos llevó al poco tiempo a estar charlando como lo hacen dos personas en el cockpit de un velero durante una navegación tranquila. Mujer menuda, delicada y fuerte con voz queda, llevó el timón, mientras me mostraba los lugares donde trabaja y sus pinturas. El soporte de sus obras son en general auténticas cartas náuticas, algunas del siglo XIX. El detalle y la precisión técnica demuestra su genuino conocimiento de la navegación en un velero y sus particularidades sin distraer del arte de la pintura. Las velas, las tripulaciones, el mar y el cielo son la representación artística de una realidad muy conocida y vívida por quienes cultivan la afición a navegar. La inspiración de sus pinturas no sólo surge de la náutica que da lugar a la amplia serie “Singladuras” que me llevó a entrevistarla. También su condición de viajera incansable origina “Crónicas de viajes” y “Visiones del Mundo Contemporáneo” con personajes diversos y una realidad actual de catástrofes, plasmadas con especial sensibilidad y la serie de “Manos”. El nutrido currículum de artista internacional compite con su historia de navegante. Ha cruzado el mar y, en solitario o con tripulación participó en mil regatas, muchas al timón de su velero “Mabruk”. Pronto se descubre que todo lo que la ocupa lo realiza intensamente, tal es así que su preparación náutica es difícil de encontrar en nuestro ambiente. Logró las mayores habilitaciones. Su pintura es reflejo del estudio y de su aguda observación. Los barcos, las actitudes de los tripulantes en la maniobra, el mar, sus olas rompientes, la estela y el bigote son reflejo de la realidad. Obra que con su pincelada, impronta y colores incita a navegar. Sus cuadros se encuentran en los salones de los clubes náuticos más importantes del país, del extranjero y en destacadas colecciones privadas. Realizó numerosas exposiciones en el país y en el exterior. También aparecen en libros y revistas de arte. Cuando dos navegantes conversan es indefectible que se entrelace el conocimiento de personas, barcos, lugares, sensaciones y vivencias y así fue durante las tres horas que duró mi visita. Antes de irme, me convidó con un rico café y bizcochuelo en el comedor o mejor dicho en la dinette de su casa donde continuamos nuestra charla marinera. Recomiendo a quienes se deleiten con el arte de la pintura no se pierdan las exposiciones de esta artista y la recomendación es especial para aquellos que naveguen.