La obra de Nicolás Menza es analizada minuciosamente y en su extensión por Fermín Févre. En la óptica del prestigioso crítico de arte, la obra contenida en este cuidadoso volumen se contrapone a las declaraciones de muerte, no sólo de la pintura sino también de las utopías. Un desarrollo profundamente crítico de las obras reproducidas muestran un trabajo genuino y locuaz. El mundo plástico y poético, de Menza, a través de las formas, los colores, la materia y especialmente la presencia de la figura humana, abre las puertas al debate sobre el lenguaje universal: el arte. Nicolás Menza, nacido en Buenos Aires en 1960 se ha destacado por una pintura franca y profunda, así como en video, arte digital e intervenciones urbanas. Ha exhibido en importantes museos del mundo y su obra ha sido adquirida por coleccionistas particulares e institucionales de América y Europa. PARRAFOS DEL LIBRO Nicolás Menza, que por edad pertenece a la misma generación de los incluídos en el circuito legitimador de los '90 se ha tenido que abrir camino por sus propios medios, a fuerza de encontrar a algunos pocos que han visto en su obra merecimientos suficientes como para brindarle su apoyo. Es, tanto por su estética, como por dichas circunstancias, una figura solitaria. "...Menza apunta hacia una dimensión metafísica de la pintura. Ante la tela en blanco no tiene una idea precisa de lo que busca, aunque sigue intuitivamente ese impulso existencial hacia el absoluto. Es, en cierto modo, un esencialista y probablemente un místico que se guía por una apetencia trascendente..." "...Frente al desencanto nihilista del arte light y a los juegos banales de lenguaje, este artista opone un mundo de creencias y percepciones conceptuales, traducidas en los términos sensibles de sus imágenes. Su ambigüedad es manifiesta. Sus figuras, "puestas en situación" tienen una gran precisión que las caracteriza. Sin embargo es a través de esa especificidad que nos lleva al terreno contradictorio, inestable y oscuro de lo ambiguo. Menza es un creador de climas que inducen a las percepciones del contemplador, despertando en él vivencias capaces de elevarlo a la experiencia de la sublimidad..." "...hallamos de manera recurrente a la figura humana, con preferencia imágenes femeninas y, dentro de ellas, desnudos parciales o de cuerpo entero. También están las naturalezas muertas que son contenedoras de una visión más integral del mundo y muchas veces aparecen en composiciones mixtas con figuras u otros elementos. El mundo del guiñol, con el protagonismo y la mirada infantil no deja de poblar a gran parte de sus pinturas. Máscaras, polichinelas, juguetes y un ámbito característico del cotillón, con personajes infantiles. El clima espiritual del mundo borgeano, con imágenes que se asocian con los temas fundamentales de la obra literaria de Jorge Luis Borges, forma parte de otro núcleo temático desarrollado por el artista. El tango, las plazas, el cafetín porteño, conforman un clima simbólico que Menza crea en un conjunto significativo de sus pinturas. Los autorretratos, que suman varios de diferentes épocas, ofrecen una mirada interior en un proceso de indagación en la imagen que da carácter a la creación pictórica del artista. Interesa, asimismo, señalar que Nicolás Menza ha desarrollado también una obra digital de características propias ya que, a diferencia de muchos de sus colegas contemporáneos, el medio tecnológico no condiciona a la imagen, sino que es ella la que se vale de él como un recurso expresivo más. Hay que tener presente que nuestro artista suele trabajar simultáneamente en varias obras al mismo tiempo con prescindencia de los temas y de las técnicas empleadas. Su enjundia creadora es, en ese sentido, notable..." |