Silvia Goñi es una verdadera pionera en su trabajo. Ha ido creciendo con rapidez hasta encontrar su propio vuelo, y desde allí, ha partido hacia los lugares más atractivos que, celosamente, guarda cada artista en su misteriosa paleta cromática. En este caso nos presenta ¨Vértigo en Manhattan”, una pintura de impecable acabado , de inigualable perspectiva aérea que llega hasta el confín del mismo cielo retratado, como los más reales pintores clásicos, solo interrumpido por la aparición de la insensatez del hombre por intentar superarse a sí mismo, pero al amparo del cristalino y diáfano cielo que todo lo perdona. Las enigmáticas torres casi esculpidas en el espacio, en arraigadas tonalidades frías con brotes de luz, le dan la intensidad de la voracidad de sus ocupantes.Los casi monumentos, de tanta fuerza espacial, pugnan por encerrarse en sí mismos, ya que ninguna ventana deja ver la febril actividad bursátil que debe de estar desarrollándose en cada piso. Es que tal vez la locura del hombre llevado por su propio encierro y destrucción ve cómo la naturaleza,a pesar de todo, vence reiteradamente y aún soporta los embates de la contínua necesidad de poseerlo todo, a cualquier precio.Las ciudades de concreto son impactantes a la vista, pero con sutileza, van acorralando a sus habitantes en forma de espiral.

El Presente del arte argetino, p.250