Hay en la obra que Cristina Ferreras presenta en esta intensa muestra de trabajos realizados durante los años 2006 y 2007 (casi una antología breve) algunas cuestiones interesantes para destacar. La primera es la que atañe al tema de la misma y vale la pena escuchar las palabras de la artista: "la serie surge a partir de las miradas y sus contradicciones, sobre lo que queremos mirar y tapamos". Pero cuales son las cosas que no queremos ver? Que imágenes no queremos recordar? No solo las que nos duelen, a veces también las que nos darían placer o tranquilidad. Algunas de estas escenas son las que aparecen en los ojos que la artista pinta o fotografía, ojos que son espejo de una realidad que nos mira y nos reclama, que nos hace testigos de aquello que no queremos o no podemos ver. Pero también esas miradas son retazos de memoria que nos obligan a recordar lo que fuimos o no, o lo que todavía podemos ser o no.
La segunda cuestión que me parece oportuno destacar es como la obra a su vez nos interroga a través de esa iconografía con reminiscencias del dibujo animado al principio (no es difícil ver la influencia del comic japonés, o personajes instalados en la memoria colectiva, basta con recordar nuestra pequeña LuLú, o la actual pequeña Maggie de los Simpsons, sin olvidar a Mafalda) hasta las últimas fotografías de miradas intervenidas, desnudando su estrategia visual, y haciéndonos partícipes del despliegue de una idea. La mirada se desarrolla ante nosotros junto con la mirada de la artista, como si la espiáramos en el taller mientras hace su obra, sin darnos cuenta que somos nosotros los espiados por ella desde las paredes del museo.
La muestra de Cristina Ferreras, es la muestra de una mirada que piensa.