Calle Casey 1052, Coronel Suárez
Entrada libre y gratuita
· Salón Maniquíes Intervenidos: Primer Salón de Maniquíes intervenidos, que nace del legado de nuestra poetisa Luisa Braganza quién compartió el entusiasmo de poder llevar a cabo este proyecto, auspiciado por el Foro de Cultura de Coronel Suarez .
· Troca , trueca, trueco, donde el trueque se convierte en protagonista, el autor decide por que cambia su obra y la persona que sugiere ese cambio realizará con él dicho Trueque por lo que estime conveniente sin limitación alguna ya sea un cambio material o inmaterial.
· Blonderos (4 artistas plásticos de Tandil : Santiago Benavidez, Andrea Rizzardi, Mariana Hoffmann, Ana Ines Ferrarese)
· Wayuu de carne y hueso, proyecto expositivo fotográfico (Eduardo Fuentes, fotógrafo venezolano)
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Salón de Maniquíes intervenidos
El dia viernes 4 de noviembre se llevó a cabo la jura del Primer Salón de Maniquíes intervenidos organizado por Isidoro –e Espacio de Arte de Coronel Suárez, que nace del legado de nuestra poetisa Luisa Braganza quién compartió el entusiasmo de poder llevar a cabo este proyecto .
Por decisión del jurado, constituído por Alfredo Azcona, Fernanda Arroquy, sobre los maniquíes recepcionados
se otorga:
1° Premio adquisición $1200 a Claudia Pagouapé.
2° Premio Medalla y diploma a Marcelo Beovide.
3° Premio Medalla y diploma a Guillermina Victoria.
Menciones:
1° mención: Andrea Lázaro
2° mención: Veronica Plaza de Ayala
3° mención: Maria Elena Mackeprang
4° mención: Ana Paula Hall
5° mención : Norma Alonso
Mención especial: Jean Marc Nadalin
Los tres ganadores tendrán una muestra conjunta en el año 2012.
Agradecemos el apoyo económico del Foro Cultural de Coronel Suarez, en colaboración con la realización de este Salón.
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Blonderos 2010
Blondas primero albas, primorosas. Luego ya se sabe: la blancura dura poco.
Raudamente se transforman en papeles, soportes que sostienen dibujos, ideas, tortas, masitas, copas.
Proponen lindura, belleza previa, anterior, provocativa. Una categoría que en el taller pide ser superada, como cuando se utiliza un muy buen papel.
Filigranas que preguntan. Las gorgueras de Rembrandt. El porta ligas de Ramona. El chesse cake, el lemon pie, el babero de Iñaki ¿Cuál es la forma?
Las blondas regalan la libertad de olvidar su caladura, su redondez o su rectangularidad. Su orden atiborrado es simple soporte (un asunto no menor).
Hay un explícito oficio de contención en estas leves puntillas. Poderosas transportan imágenes. Dignifican distinto: lo más importante no es qué llevan dentro, sino sus potenciales condiciones para el arrebato, el uso, su infinita predisposición a ser cortadas, pintadas, pegadas.
La naturaleza múltiple del arte impreso emergió rápidamente en las blondas. La matriz de corte y gofrado cuenta esta valiosa acción que se repite y las reproduce por cientos como hace un buen grabador.
Un bello síntoma este, el de la reiteración, el de la intensidad de una huella hasta el calado. Cierto rebote mecánico, ágil, útil en la cocina del decido a producir imágenes sinceras, hondas.
Por eso también las blondas narran ritmos lentos: porosas y complejas como el tiempo que registra la memoria.
En las blondas compartimos alimento. La evidencia permitió revisar el sitio de cada uno. Opíparo rito en torno a mesas puestas. Pasamos risas e inviernos de digestión lenta en el intento de asir el juego, desguazar el mito.
De tanto en tanto se vive la sensación de colectivo: vamos rápido, apretados, transpirando la fricción del trabajo. En tiempos de siesta viajamos solos, asomados a la ventanilla para ver qué se nos ocurre, siempre con algo de comer en las manos, de ser posible envuelto en blondas.
Gracias Remo.
SANTIAGO BENAVIDEZ: Largo tiempo caminó por la calle calibrando genitales. Ahora piensa en mamaderas. Y en no caerse.
ANDREA RIZZARDI: Preceptora hot a tiempo casi completo. Simultáneamente conduce un Falcón con servicio de picadas a bordo. Busca copiloto.
MARIANA HOFFMANN: Cosecha cerezas. Desenmaraña barbas. Cría psicólogo folk. Siempre anda con las manos llenas, repartiendo.
ANA INÉS FERRARESE: Práctica vizcachera al pie del Aconcagua. Cada tanto viaja. Dice que de todo eso aprende alguito.
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Muestra fotográfica
Wayuu de carne y hueso es una descripción visual, que detalla muchos aspectos cotidianos de la vida Wayuu. Eduardo Fuentes fotógrafo venezolano y realizador de esta excelente muestra, hoy enfoca su trabajo de tipo antropológico, en el estudio de la cultura y su funcionamiento. Sus fotos se centran en el alma de los pueblos para aprehender de allí, estas señales que engranan las diferencias, y convierten los conflictos en soluciones familiares obligatorias. En principio podemos definir este ejercicio cultural, característico entre los Wayuú, como la necesidad inmanente de mantener el dialogo y el entendimiento propio; y hasta en cierta forma, reflejar este grado de conciencia cultural, en el marco de las reglas y normas sociales de nuestra cultura moderna, ejercicio de inserción, tolerancia y de dialogo, en el medio de la diversidad cultural que nos caracteriza.