Calvaresi
Defensa 1136, San Telmo
El jueves 21 a las 19hs. Galeria Calvaresi inaugura Entre el cielo y la tierra de Stella Benvenuto bajo la curaduría de Ana María Battistozzi
Es posible recuperar el teatro de la Naturaleza?
Desde hace tiempo Stella Benvenuto persigue la cifra de una armonía que afirma haber encontrado en la Naturaleza. Su proyecto de Mendoza al pie de los Andes puede ser una aproximación-aunque no la única- a ello. Así, como los poetas y filósofos románticos ante la primera frustración de la utopía moderna que vio desmoronar las promesas de igualdad, fraternidad y legalidad, ella encuentra en ese territorio de la existencia un refugio reflexivo frente a un orden que a su alrededor se proclama racional pero ha devenido irracional. Esa instancia de pausa necesaria -que uno puede juzgar a contramano del espíritu impetuoso que la domina – logró un cause sereno en la práctica del bordado. Rescatada en las últimas décadas del invisibilizado ámbito doméstico al que se la confinó desde fines del siglo XVIII e identificada con “la construcción de la feminidad”, esta práctica ha sido recuperada en las últimas décadas. No sólo como parte de la ruptura de los límites entre baja y alta cultura que impusieron las vanguardias sino también como parte de la de irrupción de las minorías étnicas, sexuales en el horizonte de la cultura contemporánea.
Es en este marco de nuevas prácticas que a su vez emergen en relación con la necesidad de una sintonía más cercana con la naturaleza es que Stella Benvenuto diseña el capítulo más reciente de la obra que presenta ahora en la galería Calvaresi
En él se advierte la formación pictórica de la artista aunque en ningún momento las articulaciones sensibles de color que pone en juego asumen protagonismo excesivo. Más bien es la línea la que ordena la ocupación de cada plano engarzando signos, formas referenciales o arbitrarias y la suma de diferentes materiales procedentes del universo textil que progresivamente incorpora y la obligan a abrirse al espacio de la galería. Surge así así una suerte de escenografía que invita al espectador a deambular entre móviles y bambalinas de memoria orgánica convirtiéndose al mismo tiempo en actor e interlocutor de una propuesta que lo incluye. Podría decirse que ese despliegue espacial que lo involucra es una novedad que propone la artista en esta oportunidad y forma parte de un impulso de expansión, inspirado en cierta manera, en la dimensión inabarcable de la naturaleza que es su referencia.
Ana María Battistozzi
Buenos Aires, Noviembre 2019