El narratólogo Gerard Genette en su obra "Palimpsestos: la literatura en segundo grado" (1962) tiene como propósito acercarse a las múltiples relaciones que se establecen entre los textos, y reconoce los distintos procedimientos que permiten crear unos sobre la base de otros. En su teoría aborda el concepto de hipertextualidad. Esta es la relación que une a un texto B o hipertexto con un texto A o hipotexto, es decir, supone la derivación de un texto a otro ya existente.

De alguna manera, se podría  afirmar que todas las obras literarias (y por inferencia, todas las obras de  arte) traen a la memoria otras; por lo tanto, “todas las obras son hipertextuales teniendo en cuenta que cada una lo será en mayor o menor medida". A esas relaciones es a lo que Genette llama “literatura en segundo grado”, es decir, literatura fundada en otros textos.

Por ello, el término palimpsestos acude a explicar, de manera general, cómo un texto se superpone al otro al que no oculta del todo sino que lo deja ver por transparencia.

Es en ese sentido, en el que capas de información superpuestas, que a veces se potencian entre sí, otras se anulan , y otras crean nuevos sentidos diferentes de los originales, es que podemos acercarnos a las obras de Daniel Vidal: formas geométricas, coordenadas y escrituras ilegibles en varios idiomas, números, signos y finalmente, todo el soporte que revela una suerte de relevamiento topológico, invitan a una lectura detallada, lenta, silenciosa de sus obras e intentar el desciframiento de la relación que se establece entre los diferentes lenguajes que se superponen sobre la pantalla de la tela, y, más aun, sobre las "tablas" de madera y los papeles intervenidos, los que potencian la sensación de soportes ancestrales carcomidos por los tiempos: actuales pero verdaderos palimpsestos.

Daniel Vidal es un artista reflexivo, y su intelecto le exige reinventarse en el momento de exteriorizar sus inquietudes. Su forma de manifestarse por lo tanto es evidencia de observar y asimilar aquello que le rodea, absorbe y luego entrega. La representación de aquello asimilado, bajo su custodia, genera ciertas fuerzas centrifugas que, no obstante, se amalgaman; sino primera instancia, en el ojo del espectador, luego, inevitablemente en su memoria emotiva, gracias a la pregnancia de la forma.

Es en efecto, uno de los artistas con mayor profundidad erudita en su lenguaje. Su estética parte de la epistemología por lo aprehendido, algo inherente en toda su obra con la cual halla un discurso que se prolonga en el tiempo.

Su obra se asienta en una especie de arquitectura emotiva que nos trasporta entre las formas que representa. Y este resultado formal genera en aquellos que observan una sucesión de ideas que permite liberar la imaginación, logrando que concibamos lo abstracto desde lo sensible.

Su obra en definitiva, se podría definir como un registro de viaje en el que va situando aquello con lo que alimenta su memoria y con la cual construye, por superposiciones, por anulaciones parciales y por revelaciones casuales, aquello que llamamos Sentido.

Juan Pablo Rodriguez, Cátedra de Historia de las Artes, UNESCO, París 2012