Fotografías de gran formato y una instalación, con la curaduría de Gustavo Lowry.  Se trata de ocho secuencias, cada una de ellas basada en sendos sueños auténticos del artista que, por décadas, los anotó y recopiló hasta sobrepasar el centenar de ellos. “Los anotaba en papelitos o en correos electrónicos que me autoenviaba por la noche”, cuenta CODRÓN. “En todos ellos se me aparecían muy señaladas la locación, la luz, la ubicación de cámara y otras particularidades técnicas que de alguna manera prefiguraban su traslado a un formato artístico”.

Los sueños o secuencias llevan por títuloAunque no lo veamos,Delivery, Doy humo y doy fe, Tribunal, Ni vaca ni pan, Generación a obscuras, Dulce condena y libre al fin, y rondan temas como la acechanza pertinaz de los mandatos familiares y religiosos, la complejidad del entramado social y sus intrincadas relaciones de poder, la violencia de estado, los peligros de la comodidad en el encierro conocido y la piedad que habita al amor, entre otras líneas que recorren el discurso onírico. 

Durante muchos años analicé mis sueños. Probé varias técnicas y fueron muchas las terapeutas que me ayudaron en este proceso, y muy especialmente Nora. Con ella me trabajé durante once largos años y fue ella justamente quien me sugirió que conservara los papelitos donde anotaba mis sueños, papelitos que en algún momento se convirtieron en mails que me mandaba a mí mismo en la mitad de la noche. Nora pensó que eso tenía un valor artístico. Cada sueño era para mí una narración cinematográfica, en ellos se marcaba la luz, la locación, la ubicación de la cámara y otras tantas referencias. Durante más de veinte años me dediqué a la arquitectura hasta que la crisis del 2002 me convocó a una vacación obligada que me permitió realizar diversos cursos de fotografía. Sigo ganándome los garbanzos con los ladrillos y mi corazón está en la fotografía. Colgué varias muestras sobre temas diversos hasta que llegué al taller de Florencia Blanco. Con ella  comencé a sistematizar mis 110 sueños; hoy salen a la luz los primeros ocho, serie que quiero llamarVulnerables 1. Son el producto de tres años de trabajo que incluyen actores y actrices, storybordista, jefa de producción, iluminador, técnicos, selección de locación, investigación y sobre todo mucha pasión. Curar, lo que se dice curar, no me sucedió, pero sigo soñando y haciendo obra, con estas breves palabras quiero darles la bienvenida a más privado de mis mundos, mis sueños.

Nacho Codron